El vecino de Castrillón que se había atrincherado en el interior de su vivienda a raíz de una pelea con su exmujer, se ha entregado a las fuerzas de seguridad tras tres horas en las que un mediador del Instituto Armado se encargó de tranquilizarle.

El hombre, que ha sido trasladado a un centro de salud, había amenazado con quemar el edificio o suicidarse pegándose un tiro para evitar ir a la cárcel ya que al parecer, había sido denunciado por su ex mujer por problemas familiares y tiene antecedentes policiales.

El hombre de unos 50 años y padre de dos hijas de 14 y 17 años, permaneció en su domicilio desde las 18.00 horas hasta pasadas las 21:00 horas, cuando el mediador de la Guardia Civil logró convercerle para que depusiera su actitud, informaron a EFE fuentes policiales y del instituto armado.

Al parecer, llegó a esta situación tras haber discutido con su expareja en un establecimiento hostelero del centro de Avilés.

Hasta la vivienda, situada en un tercer piso de la calle Peña Ubiña, se trasladaron efectivos de Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y servicios sanitarios.

Fue el propio hombre quien, según las mismas fuentes, pidió la presencia de un mediador de la Guardia Civil y quien llamó a algunos medios de comunicación para darles a conocer cuáles eran sus intenciones.

Las mismas fuentes han señalado que el hombre se encontraba al principio muy nervioso, pero que el mediador logró tranquilizarle tras una larga conversación.

Su entrega se demoró al final porque, según las mismas fuentes, tuvieron que llamar a un cerrajero para que abriese la puerta del domicilio porque la cerradura no podía abrirse desde dentro.