El presidente de Sociedad Civil Catalana José Rosiñol ha aportado algunos detalles en 'La Linterna' con Juan Pablo Colmenarejo sobre la gira emprendida por varias capitales europeas “para ofrecer otra visión de lo que ocurre en Cataluña, no sólo en los últimos meses sino también desde hace años”. Y es que según denuncia “Carles Puigdemont hace propaganda (…), practica un populismo nacionalista que le hace tener una forma mesiánica de entender Cataluña”. Lo que pretenden hacer desde SCC es que “no se emponzoñe la realidad”.

El primer acto que tienen en la agenda este martes, en Berlín, es mantener una cena privada con Florian Nehm, el responsable del grupo de comunicación Axel Springer en Sibelstrasse. También tienen previsto reunirse con “todos aquellos medios de comunicación que quieran escucharnos, que son bastantes”. Denuncia Rosiñol que “la atención mediática -en Europa- es relativa o está contaminada por el relato nacionalista” y esto les lleva a pensar que la situación es “preocupante”. En este sentido comenta que “mi deber es trasladar nuestro mensaje al conjunto de Europa porque como catalán y español que soy no quiero que crean lo que no es. No es un problema de democracia sino de ilegalidad”.

Además de Berlín, los representantes de Sociedad Civil Catalana viajarán a Bruselas, Luxemburgo, Londres y Edimburgo. La finalidad de esta gira europea es que “se sepa la verdad (…) porque yo represento a una mayoría que no quiere la ruptura”.

Otras acciones que prepara la entidad para los próximos días es un encuentro con corresponsales extranjeros en Madrid y la entrega
del primer "Premio al seny europeo" a una personalidad política extranjera coincidiendo con el cuatro aniversario de SCC, que será
el 23 de abril.

También se ha referido José Rosiñol a la asistencia de los líderes sindicales catalanes a una manifestación en apoyo a los líderes independentistas que están en prisión por orden del juez Pablo Llarena. Considera que “flaco favor están haciendo a los trabajadores de Cataluña” y denuncia “qué tipo de convivencia puede haber si se ignora a más de la mitad de los catalanes”.