“Tan poderoso como el amor” es un ensayo donde César Antonio Molina reflexiona sobre el amor, la muerte y la vida a partir del guión cinematográfico. En 'La Linterna' con Juan Pablo Colmenarejo y el jefe de Cultura de la Cadena COPE, Ramón García Pelegrín, el escritor, poeta y exministro de Cultura ha contado este lunes cómo ha desarrollado su trabajo a partir de ciento cincuenta películas. En resumen, el libro es un “ensayo sobre el amor y la muerte a través del cine”. Recuerda que “la ficción cinematográfica vale para evadirnos del pánico, del terror (…) mientras que la idea del amor sí ha sido creado por el ser humano en la ficción”. Y concluye que “nadie que ame morirá del todo”.

A partir de grandes títulos de la historia del cine Molina recrea y desmenuza las historias de amor que en ellos se reflejan. Por ejemplo, “Breve encuentro” de David Lynch donde “un médico y una ama de casa se encuentran en la estación de tren yendo a Londres y crean una relación amorosa imposible”. A pesar de que ambos personajes se distancian la historia de su amor se mantiene “a través de las cartas”. En “Casablanca, -recuerda- hay mucho amor y traición, lucha por la democracia frente al nazismo”. También recuerda otros títulos como “Un lugar en el mundo”, “Tú y yo” o “El tercer hombre”, en este caso, una pelicula “muy distinta de la novela de Graham Greene. Quizá por la influencia de Orson Wells”. Reconoce que la cinta tiene más fuerza que la obra literaria porque “en la novela no hay ese travelling gigantesco atravesando el gran cementerio de Viena”.

El punto de partida -dice César Antonio Molina- es “Luces de la ciudad” de Chaplin. El autor ha visto casi todos los títulos a los que se refiere en la obra “pero -reconoce- he tenido que ver tres veces cada una”. Por esta razón “Tan poderoso como el amor” le ha llevado seis años de trabajo: “Me ha ocupado muchísimo tiempo pero es maravilloso. He releído los libros”.

Los personajes de todas esas películas se mueven entre distintas formas de afrontar el amor por lo que “hay felices, infelices e intermedios”. Y recuerda que “el amor es para ser feliz, para que el ser humano vea que hay cosas en la existencia que merecen la pena”.

Su pasión y amistad con el cine le vienen de pequeño, de su infancia “porque al lado de casa de mi abuela había un cine. Me colaba en el cine con nueve o diez años y veía todo lo que echaban”. Fueron las películas, los largometrajes “los que fundamentaron mi existencia, eran el ecosistema en el que nací y crecí”. De hecho tras ver títulos como “Ben Hur”, “Lawrence de Arabia”, “El gato pardo” o “Muerte en Venecia” “pensé en algún momento en dedicarme al cine que en España era más difícil aún que el periodismo”.