El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha afirmado hoy que la política permanente del Gobierno de "ir desgastando las arcas públicas se ha de acabar" y ha anunciado que "si no se hace por las buenas, la movilización está servida".

El secretario general de UGT ha inaugurado hoy la Escuela de Juventud de UGT-País Valenciano organizada por Aposta Jove en Morella, y allí ha asegurado que es hora de comenzar a repartir la riqueza que se ha generado en España en los últimos años para que llegue "a las mujeres, que están hartas de la desigualdad endémica que sufre este país y de las situaciones de acoso y violencia machista, y han dicho basta ya".

En esta redistribución de la riqueza se ha de incluir también a "los abuelos -y los jóvenes- con el tema de las pensiones, pues no sólo está en juego la calidad de vida de ahora sino también las percepciones de los jóvenes" cuando alcancen la edad de jubilación, ha insistido.

Álvarez ha reivindicado un salario mínimo de 1.000 euros, al tiempo que ha abogado por "cambiar las leyes para acabar con la precariedad" laboral que existe en la actualidad.

Todos estos problemas socio-económicos, según Álvarez, tienen "una solución, que es tener un Gobierno que sea capaz de entender que el país quiere mejorar en su conjunto, no solo unos pocos, y que se ha de repartir la riqueza a través de los salarios y de los impuestos".

Para el dirigente de UGT, "la política permanente de ir desgastando las arcas públicas se ha de acabar, y si no se hace por las buenas, la movilización está servida".

Ha asegurado que uno de los objetivos del Gobierno de Rajoy, que es "de derechas", es "no repartir la riqueza que se genera" y ha pedido al ejecutivo que sea "sensible a la voz de la mayoría que quiere cambios".

A juicio de Álvarez, las empresas están ahora "en una situación inmejorable, han salido de la crisis -algunas no han entrado nunca- y vemos que los bancos tienen unos beneficios absolutamente escandalosos. Da vergüenza que hasta hace cuatro días hayan estado recibiendo dinero del Estado, 80.000 millones de euros, y que ahora en lugar de devolverlos reparten dividendos a los accionistas".

Álvarez insiste en que las empresas funcionarían mejor con contratos estables: "No hemos de competir con salarios bajos, sino con calidad", y estas premisas "las defenderemos con la negociación colectiva o con movilizaciones crecientes. Cuando un país quiere que se reparta la riqueza, no lo para nadie".

El 1 de mayo, ha dicho Álvarez, es un día para "poner todas las reivindicaciones sobre la mesa y visualizar que el país quiere cambios, sobre todo en salarios, pensiones, igualdad, brecha salarial-derechos de la mujer y acabar con la precariedad en los jóvenes".