Este martes los sindicatos celebran el Primero de Mayo, día del trabajo, y lo hacen sin recuperarse del todo de una crisis económica que hizo que las dos grandes centrales sindicales perdieran el 44% de sus afiliados... Desde el 2015, y al mismo tiempo que se ha creado empleo, han ido recuperando afiliados. A marzo de este año, UGT y CCOO suman un millón, 900 afiliados. Es decir que si comparamos esta cifra con los cerca de 19 millones de ocupados que hay en España según la última encuesta de población activa, solo uno de cada 10 ocupados estaría afiliado a una de las dos organizaciones sindicales mayoritarias.

SU AMBIGUA POSTURA EN CATALUÑA LES PASA FACTURA

Tras la merma de credibilidad por el caso de los EREs en Andalucía, UGT y CCOO también han acusado ahora los efectos, en forma de bajas, de su posición en el tema catalán, especialmente su presencia en la manifestación del pasado 15 de abril en la que se pedía la puesta en libertad de los políticos catalanes que están encarcelados. Ambas centrales sindicales aseguran que el impacto es insignificante. Fue muy sonada la baja del líder de ciudadanos Albert Rivera, pero rechazan que haya una oleada de sindicalistas de toda la vida que se estén desvinculando de ambas organizaciones. Sin embargo, otros sindicatos sí achacan a este asunto el incremento de afiliados que están notando. En la Unión Sindical Obrera (USO) a finales de marzo sus afiliados eran casi 118.800 afiliados, superando así las cifras que tenían antes de la crisis. Han ganado cuota sobre todo en Andalucía pero también en Cataluña. Y CSIF, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, asegura que entre el año 2014 y el 2018 prácticamente ha doblado su presencia en Cataluña, hasta alcanzar los 8.000 afiliados en marzo de 2018. Esta organización también sufrió el impacto de la crisis y cayó en afiliados en los peores años de la recesión. Sin embargo, ahora están, según sus datos, por encima de los 200 socios, más que en el año 2010 justo antes de estallido de la crisis.

POCOS JÓVENES AFILIADOS

El catalán es uno de sus males pero no es el único. Tienen que recuperar el prestigio que tuvieron antaño sí, pero también se enfrentan a otros retos. Uno de los más importantes es lograr conectar con los jóvenes y es que a día de hoy sólo el 12% de los afiliados son menores de 35 años. No en vano, otra de sus asignaturas pendientes es adaptarse a las nuevas tecnologías. Cambiar los discursos, las formas, ser más trasparentes, más independientes, escuchar a sus bases y alejarse de posicionamientos políticos. Los sindicatos tienen mucho trabajo por delante.

EN LA MEDIA EUROPEA

Según datos de la OCDE la afiliación en nuestro país rozaría el 16 por ciento. Es cierto que no estamos a mucha distancia de la media de los países de la citada organización que se se sitúa en el 17,5 por ciento, pero sí estamos a años luz de países como Islandia donde es casi del 90 por ciento o Finlandia, Dinamarca y Noruega, países en los que está 7 de cada 10 trabajadores están afiliados. En la tabla media, Luxemburgo, Irlanda e Italia con cifras de entre el 35 y el 37 por ciento. Y en la banda más baja, con un 18% de afiliación, también están Alemania, Holanda o Suiza. Los farolillos rojos son Francia, con una tasa del 7'6 por ciento, Estonia, con un 8 por ciento y Polonia con un 15 por ciento.