El flamenco, más que un arte o una profesión, es "una forma de vida" para quienes se dedican a él, según la bailaora Sara Baras, que lo entiende como "algo de sentimiento y de verdad, de corazón".

Por esa razón es preciso "no convertirlo en matemática", sino afrontarlo desde la premisa de que "el flamenco va con la vida", ha afirmado la artista al presentar en rueda de prensa tres funciones que pondrá en escena este fin de semana en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria de su último espectáculo, "Sombras".

Un espectáculo nuevo que ha preparado su compañía para conmemorar el veinte aniversario de su creación, en el que "no ha querido repetir" coreografías anteriores sino elaborar otras originales pero, eso sí, buscando mostrar a través de ellas "todo lo aprendido en estos años", ha destacado.

Ya que, al dedicarse al flamenco, "tú creces y tu forma de bailar o de expresarte con este arte crece igual", ha sostenido la bailaora.

Sara Baras ha aclarado, no obstante, que en su montaje sí que hace guiños a momentos pasados de su carrera al introducir elementos como la farruca, un baile de origen gallego tradicionalmente reservado solo a los hombres y que ella se atrevió a interpretar en los primeros tiempos de su compañía.

Eso fue entonces "una valentía", ha opinado la artista, que ha valorado, en todo caso, las opciones de ahondar en su búsqueda de un estilo propio que le ha dado su apuesta por la farruca, que es "un baile muy sobrio, muy profundo" y, además, reservado a los hombres, al que ella le ha aportado nuevas formas.

Hasta el punto de que, incluso pese a sus raíces masculinas, se ha convertido para Sara Baras en "el baile donde más femenina se siente", según ha recalcado.

La bailaora ha enmarcado su apuesta por traspasar las fronteras que tradicionalmente separaban lo masculino de lo femenino en el flamenco en la concepción personal que tiene de él, que le lleva a considerarlo "un arte muy libre" aunque esté apegado a raíces y costumbres antiguas.

Los únicos límites son -ha matizado- trabajar con "respeto a la tradición" y, además, cuando se innova, hacerlo "con mucho cuidado".

Cumpliendo esas condiciones, "tienes un espacio, entre comillas, de libertad" para interpretar de manera personal ese arte, ha declarado.

Y, como prueba de ello, ha aludido al hecho de que en sus "Sombras" ha contado con la colaboración del popular violinista Ara Malikian, un músico sin vinculación con previa con el flamenco.

Circunstancia que no ha sido obstáculo para que "me sienta igual de flamenca cuando canta un cantaor muy rancio que cuando está tocando Ara Malikian", porque, en uno y otro caso, "tu forma de expresarte es flamenca", ha argumentado.