Concha Barrigós.

La vida de Josefina Manresa, "la novia, esposa y viuda" de Miguel Hernández, es un coser y descoser ausencias, orillada, como muchas mujeres en la posguerra, por "la gran historia masculina". Ahora, Alberto Conejero le da voz en "Los días de la nieve", un monólogo que interpreta Rosario Pardo.

Manresa (1916-1987), hija de un guardia civil que fue trasladado a Orihuela (Alicante), donde conoció a Hernández con 17 años, nació en Quesada (Jaén) y allí se encuentra el museo dedicado a ella y a su marido, un legado que protege y promueve la Diputación de Jaén, el alma de la obra que se estrena este fin de semana en el Teatro del Barrio.

El origen de "Los días de la nieve", que dura apenas una hora, es, precisamente, la promoción por parte de la Diputación de Jaén de los actos conmemorativos del 75 aniversario de la muerte del poeta (1910-1942), y el hecho de que Rosario Pardo y Conejero sean jienenses.

"Los dos por separado teníamos todas las ganas de hacer algo sobre ella y la efeméride fue el catalizador", resume Conejero (1978) en una entrevista con EFE.

El autor, que confiesa que está "muy feliz" porque este fin de semana, el primero de los de abril y mayo en los que la obra estará en cartel, se han agotado las entradas, ha dedicado cerca de un año a escribir un texto que es, compara, como "un oratorio poético".

El material se lo proporcionó las memorias de Manresa, "muy sencillas, en un castellano limpio y cristalino que enamoran por lo que dice y por lo que calla", su epistolario con Miguel Hernández y su propia imaginación.

Para Conejero, autor de "La piedra oscura" o "Ushuaia", lo más complicado fue no "imponerse" a la voz de Manresa, que fuera ella la que hablara y contara "una vida marcada por las ausencias, por la pérdida de su padre, de su primer hijo, de su marido y de su segundo hijo".

"Las desapariciones atraviesan toda su vida y ella lo lleva de una forma casi mágica, fijándose en el detalle de lo pequeño frente a la gran historia. La suya es una historia mínima, intima, que ella cose y descose, como se hace en su oficio", dice.

Por eso, revela, lo ha escrito como una poesía, porque quería que esa cadencia reflejara la de las puntadas, la costura de un hilván de palabras que compone al tiempo que Manresa termina un traje que le han encargado.

"Desde niña ya me hablaba así, el tiempo con la lengua de la aguja. Apareciendo y desapareciendo en el sobrehilado. Despacito", dice Manresa en la obra, que dirige Chema del Barco.

El texto está "atravesado de poesía", la de una mujer que amó al hombre y al poeta, "incluso a veces pese al hombre", y lo está tanto en su forma de expresarse como en su recuerdo de versos fundamentales de Hernández, como el soneto que le escribió "para enamorarla" o las palabras que dedicó a su primer hijo.

En su investigación ha descubierto a una mujer de "una capacidad de resistencia prodigiosa, extraordinariamente fuerte, que supo pastorear el rebaño de ausencias como pudo".

"Todo el relato de nuestra posguerra ha sido muy masculino pero si el país no se desintegró del todo fue por la resistencia de estas mujeres", sostiene.

La actriz que da vida a Manresa, Rosario Pardo (1959), cambia radicalmente la vis cómica que la ha hecho popular con su paso por series como "Cuéntame cómo pasó" o "Doctor Mateo", para lograr "una gran organicidad" que le permite "habitar" un texto que podría ser "muy literario".

"Cuando la escucho no pienso que me está recitando un poema sino que oigo una voz llena de materia. Es un bordado que exige puntadas muy precisas para lograr que desaparezca el texto y que se conviertan en palabras de puro presente", describe.

Con esta obra, que se estrenó en Jaén y ha pasado por el Teatro Jovellanos en Asturias y el de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), le gustaría que el público "descubriera" a Manresa"y con ella a aquellas mujeres que "nunca han tenido lugar en la gran historia, contada siempre con lo masculino como centro".