Con motivo de nuestro especial en cine de videojuegos, hemos hablado con el autor del libro Cine y videojuegos: un diálogo transversal de la editorial Héroes de papel, José María Villalobos, para analizar por qué el del gaming es un género maldito, que no ha conseguido alcanzar un solo éxito desde 1993, cuando se estrenó la primera adaptación de Super Mario Bros. Para Villalobos, hay una primera etapa en la que “las compañías no se involucraban” en el proceso creativo de la película, mientras que ahora sí hay una mayor participación de las desarrolladoras en la creación de los films, “aunque ambas fórmulas parecen conseguir los mismos malos resultados”.

Asegura el autor de Cine y videojuegos que gran parte de este rechazo a las películas basadas en títulos gaming viene de los propios jugadores que “no se sienten involucrados en la experiencia” de la misma manera que lo hicieron en su consola, al haber “menos interactividad” en el cine que en otras plataformas. “No es lo mismo escalar una montaña que ver a alguien escalar una montaña”, asegura. Eso sí, apunta José María Villalobos que la última adaptación de Tomb Raider es lo más cercano al tipo de adaptación que están esperando todos los gamers.

Para Villalobos, la clave del éxito de la nueva película de Steven Spielberg, Ready Player One, sobre el tipo de adaptaciones más directa radica en la nostalgia y en las expectativas del futuro. Mientras los espectadores que van a ver una película de Tomb Raider pueden estar jugando a alguna de las entregas del videojuego en este momento, en el caso de Ready Player One se apela a la memoria de lo que se ha jugado muchos años atrás y a lo que podría venir en un futuro que todavía se desconoce, siendo esta “la principal ventaja de uno sobre el otro”, subraya el especialista en cine gamer.