Iniesta, autor de un tanto y guía absoluto del conjunto barcelonista en la goleada ante el Sevilla (5-0), se había emocionado notablemente cuando fue sustituido en los últimos minutos del partido ante la tremenda ovación de parte de las dos aficiones.
El internacional español recibió el trofeo de manos del rey Felipe VI en el palco del Wanda Metropolitano, que albergó la final por primera vez, y posteriormente la bajó al césped donde le estaban esperando sus compañeros en un escenario instalado al efecto bajo el lema de 'Campeones'.
Con anterioridad el argentino Nico Pareja, capitán de la plantilla del cuadro andaluz, fue el encargado de subir al palco para recibir la placa como finalista pese a que el zaguero no jugó.