Los neurocirujanos han explicado que la intervención se hace utilizando tecnologia robótica e insertando unos electrodos en zonas del cerebro profundas relacionadas con el estado de ánimo,la ansiedad y la motivación y recompensa.Los puntos del cerebro seleccionados no estimulan el hambre,si no que estimulándolos,se quiere mejorar el funcionamiento de los circuitos cerebrales que controlan el estado de ánimo,la ansiedad y el mecanismo de motivación y recompensa y,consiguientemente,ganar peso.
Una de las pacientes tratadas con éxito es Elisabeth Valladares de 42 años,que desde los 30 solo ingeria líquidos.Hace dos meses y medio que Valladares recibe estimulación cerebral, y ya ha empezado a ingerir alimentos sólidos por su propia cuenta y prácticamente no toma laxantes ni diuréticos,algo que consumia en abundancia y está aumentado de peso.La paciente ha explicado que el principal cambio que nota es que no tiene sentimiento de culpabilidad cuando come,algo que se habia convertido en su principal problema.
La anorexia es un transtorno alimentario y es la enfermedad mental con más mortalidad,con una tasa alrededor del 5 por ciento de muertes causadas por suicidio y por complicaciones debidas al bajo peso,y aunque hay tratamientos eficaces que permiten superarla en una media de cinco años,entre un 20 y un 30 por ciento de los casos se cronifican.