La investigación ha sido larga, la denuncia que algo pasaba con las bobinas que expiden los billetes és de enero del 2017,porque el objetivo de los Mossos no era identicar al autor del robo sino desmantelar a todo el grupo, el que vendía las falsificaciones a la mitad de precio. Finalmente este martes,culminó la investigación con 7 entradas domiciliarias y un total de 14 detenidos, que pasarán próximamente a disposición judicial.

El origen delictivo empieza con un trabajador del Metro, de unos 50 años, que aprovechando que era encargado de mantenimiento, robaba las bobinas de expedir billetes y se las vendia a dos grupos criminales. Estos falsificaron más de 450.000 tarjetas que vendían en mercados semanales,en las propias estaciones o incluso en la salida de los colegios. La popular T-10, con un coste de 10,20 euros, costaba 5 euros. 

El responsable del Área de Trasportes de Mossos d'Escuadra,Jordi Guillot señala" los beneficios de la banda, superan los dos millones de euros porque vendían a mitad de precio una cantidad que superaba los 4 millones en el precio oficial"

La polícia recuerda que no se tienen que comprar tarjetas fuera de los puntos oficiales,porque las posibilidades que sean una falsificaciónm son muy altas.