El juicio arranca con una cincuentena de acusados, quienes se amotinaron con palos, piedras y hierros y agredieron a funcionarios de la prisión en el año 2002. Los hechos ocurrieron a raíz de una "huelga de brazos caídos" instigada por algunos internos desde días anteriores para defender una mejora de los derechos y las condiciones. En el escrito de acusación, el fiscal relata cómo ese día, en el momento que sonaba la sirena para regresar a las celdas después de la cena, los presos del Módulo I y posteriormente los del Módulo II comenzaron a incitar el motín al grito de "venga, que entren los Mossos si hay cojones" y "a la guerra". 

Los amotinados se fueron reuniendo en el patio con un objetivo común, agredir a los funcionarios de prisiones "que trataban de disuadir su comportamiento dado el cariz extremadamente violento que iban tomando los acontecimientos". Los reclusos se subieron al tejado de los módulos para evitar la acción de los Mossos d'Esquadra que acudieron a "disolver la revuelta". El fiscal además cifra los daños materiales causados por los amotinados en más de 30.000 euros. 

Para gran parte de los acusados, el fiscal pide cinco años de cárcel por delitos de atentado y daños, mientras que para dos de los acusados, la pena asciende a diez años de prisión por dos delitos de lesiones y dos de atentado, además de una indemminazión de 9.000 euros para dos funcionarios lesionados. El juicio empieza hoy con las cuestiones previas y proseguirá hasta el 18 de mayo en el Auditorio de la Ciudad de la Justicia, debido a que el Juzgado Penal 1 de Granollers no tenía aforo suficiente en sus dependencias judiciales.