• Jueves, 28 de marzo 2024
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Con Basket sí hay paraíso

Siempre recordaremos a Eslovenia

Luka Doncic

Luka Doncic celebra el pase a la final de Eslovenia en el Eurobasket.

@Jordi10Jimenez

Tiempo de lectura: 4'Actualizado 18:11

Lo sorprendente no es que Eslovenia te gane, ni que Dragic dirija a su antojo dominando la escena como quiera, ni que Doncic muestre todo su poder arrollador desde su pubertad. No, lo sorprendente es que ni uno solo de los jugadores de España se acerque en la semifinal del Europeo a su mejor versión.

Son palabras mayores, porque España tenía a los dos hermanos Gasol, a los Hernangómez, a Ricky Rubio, Sergio Rodríguez, más los secundarios pero no menos  importantes Navarro, Sastre y Oriola. ¿Cómo explicarnos esto? ¿Sólo fue un mal día?

El talento se puede tapar, y para ello es necesario mucho trabajo previo de análisis, ejecución perfecta, grandes dosis de inspiración, un vigor superlativo y además un desenfreno certero en ataque. Todo eso lo tuvo Eslovenia. El resultado fue una superioridad física por todas partes.

Sí es cierto que el deporte son momentos, y todos, absolutamente todos los que vimos el encuentro, tuvimos la sensación de que era más el momento de Eslovenia que de España. 

No se discute el apetito de nuestra selección, porque una España dinástica que ha dominado el baloncesto europeo en la última década y que se ha codeado con EEUU en JJOO, sólo se entiende desde el inmenso talento y la competitividad, o si lo preferimos, el apetito. España está hambrienta, siempre lo está.

 ¿Y cómo se llegó a esto? ni EEUU, la mejor selección del mundo aunque no tenga siempre a los mejores de su baloncesto en las citas  FIBA ha podido hacer con España lo que hizo Eslovenia. Dio siempre la impresión de que España iba un paso o dos por detrás. Siempre persiguiendo fantasmas. Desde el mismo inicio. 

La falta de tiro exterior en este campeonato ha sido un lastre, se ha resuelto parcialmente en algún momento, pero una vez se ha metido a un rival muy fuerte por fuera ha quedado más en evidencia.

En este caso las bajas sí son un atenuante importantísimo para los nuestros, porque la falta de acierto en el triple dejó como única vía intentarlo dentro. Y dentro no se supo en ningún momento. Nunca hubo buenos balones para los interiores, y muy pocas veces circuló el balón para conseguir ventajas para los Gasol en la pintura.

Eslovenia convirtió su capacidad tiradora y su vigor defensivo en una suerte de Golden State Warriors, con dos cabezas como Goran Dragic, base extraordinario de Miami Heat, y el monstruo creciente Luka Doncic, pero contando además con un Vidmar que se hizo enorme en la pintura, y un juego abierto para percutir a España desde cualquier lado con tiradores como Prepelic o el madridista Randolph metiendo triples.

Por un día, España pareció un gigante torpe, lento, intentando cazar moscas. ¿Es un síntoma de declive o es un mal día?

Hablar de declive con un equipo que tiene a los Gasol,los  Hernangómez, Chacho, Ricky, más los pujantes Sastre, Oriola, más los ausentes Llull, Abrines, Mirotic o Ibaka...parece una broma de mal gusto. Un mal día sí, muy malo.

Eslovenia ha dejado en evidencia a España, no hay que negarlo, y sabiendo como son estos jugadores, es una derrota que queda marcada a fuego, es demasiado para el orgullo de un campeón. Por ello cabe preguntarse si España saldrá a por el bronce melancólica o rabiosa.

Es decir, cómo va a digerir en estas pocas horas una derrota que será recordada por todos los integrantes de este equipo, estuvieran o no en el parquet, para ir a por una medalla. Porque no hay duda, siempre recordaremos a Eslovenia

Sorprendió ver que se agotaban los recursos muy rápido, que nunca pudimos en la pintura ante un Vidmar que provocó tropecientas faltas de ataque, cuando se suponía que ahí debíamos ser superiores, no se supieron sacar ventajas para los Gasol, no apareció desde fuera la inspiración de nadie, Juancho, Navarro quien fuera,  los mismos Gasol que tienen buena mano en el triple no pudieron crear dudas a la defensa metiéndoles triples como había hecho Marc ante Alemania.

No apareció ningún héroe con capa y espada al rescate. Quiero decir, con tanto talento como tenemos, siempre puede aparecer un jugador al rescate, que puede hacer creer a sus compañeros, rescatar el partido. No ocurrió, y esto sí fue desconcertante. Brazos caídos, y eso sí resulta sorprendente.

Eslovenia tiene aroma de campeón, puede no serlo claro, pero todo lo que desprende es convicción, acierto, ganas, inspiración... y suerte. Todo le entra, y cuando a un equipo con ese talento todo le entra, es que se supone que va a ser campeón, o no, qué sé yo. 

No menospreciemos el corazón de un campeón, que nos hizo creer que esto era fácil, que las medallas como dice mi querido Juan De la Cruz parece que las regalan. No, no se regalan, se ganan. Esta selección se ha ganado crédito claro, pero no obviemos que se le exige como a un campeón; como refleja el spot de Iberia con Pau Gasol, lo que hiciste no cuenta, sólo cuenta el esfuerzo de este momento para volver a ganar. 

De igual manera que la selección de EEUU provocaría una cascada de palos si fracasara en un gran campeonato, porque son los mejores, a España de baloncesto le exigimos por lo que es, un inmenso equipo. Las bajas cuentan, por supuesto, pero queríamos ver a un equipo con corazón, duro, intenso defendiendo, orgulloso, vigoroso, aunque perdiera, no un equipo con los  brazos caídos sin soluciones y desconcertado, no es esto lo que se le debe exigir a un equipo campeón.  

Esa casta defensiva que habían mostrado durante todo el campeonato, y que deberán exhibir para llevarse un botín de bronce. 

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