Por el camino antes de aterrizar en la Casa Blanca, Donald Trump prometió a sus votantes desde construir un muro en la frontera con México hasta aplicar una bajada de impuestos histórica o fulminar la reforma sanitaria de Obama. Aquí está lo que Trump realmente ha cumplido y lo que no ha llegado a hacer en sus primeros 365 días de presidencia.

Muro con México:

-Donald Trump no paró de prometer que su gobierno levantaría un muro en la frontera con México para frenar la entrada de inmigrantes de manera ilegal. Y que su construcción la pagaría el país vecino.

-Se han construido ocho prototipos del futuro muro con México -de 10 metros de altura- para que se seleccione uno de ellos. Pero aún no se ha colocado un ladrillo del verdadero muro. Ante la negativa del gobierno mexicano a pagar su construcción, Trump ha admitido que tendrá que financiarlo Estados Unidos. Su intención es buscar la forma de que el país latinoamericano reembolse más tarde el dinero.

Bajada de impuestos:

-Prometió recortar los impuestos a los empresarios y enormes bajadas de impuestos para los trabajadores...

-En diciembre fue aprobado por el Congreso el plan impositivo de los republicanos, y -en buena parte- cumple lo prometido por el presidente. Rebaja los impuestos a las empresas del 35% al 21% (aunque su intención inicial era el 15%). De la reforma fiscal se beneficiarán también los asalariados, pero sobre todo quienes tengan rentas más altas.

Obamacare

-Una de las promesas más sonadas que hizo Donald Trump durante la campaña electoral fue la liquidación del Obamacare, la reforma del sistema sanitario llevada a cabo por el anterior presidente.

-Los republicanos no han sido capaces en doce meses de lograr que la Cámara de representantes y el Senado den el visto bueno a un plan alternativo al Obamacare. Sobre la mesa está el temor de que ese plan podría llevar a que millones de norteamericanos se quedaran sin seguro de asistencia médica. La Casa Blanca sí ha conseguido desmantelar una pequeña parte de la legislación heredada de Barak Obama, como la multa a quien carezca de seguro sanitario.

Cambio Climático

-Trump aseguró en la campaña electoral que el Acuerdo de París para el Cambio Climático era un timo dirigido a frenar el crecimiento económico de Estados Unidos...

-Después de varios meses de tira y afloja entre sus asesores del 1600 de Pennsylvania Avenue, el 1 de junio optó por anunciar la retirada de su país del Acuerdo de París porque no podía “apoyar un pacto que castiga a Estados Unidos”. Su salida tardará varios años en hacerse realidad. El pacto ha sido firmado 200 países. Sólo Estados Unidos se quedará fuera.

Prohibición de entrada a musulmanes

-Donald Trump prometió al principio prohibir la entrada de cualquier musulmán a Estados Unidos.

-Desde que llegó a la presidencia ha puesto en marcha tres decretos migratorios para vetar la entrada de musulmanes. Los dos primeros iban dirigidos contra los ciudadanos de siete naciones de mayoría islámica y fueron bloqueados al poco tiempo por los tribunales por conllevar una posible discriminación religiosa. El tercero -que a afecta a los nacidos en Irán, Chad, Libia, Somalia, Siria y Yemen- ha sido paralizado parcialmente.

Acuerdos comerciales

-Antes de ser presidente dijo que el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México era un “desastre”, y que impediría la aplicación del TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica).

-El gobierno estadounidense está renegociando el TLC. Trump firmó la retirada del TPP tres días después de llegar a la Casa Blanca.

Cuba

-Aseguró que daría marcha atrás a los compromisos de su antecesor, Barack Obama, con el régimen de Cuba por los que se restablecieron las relaciones diplomáticas.

-A día de hoy se ha limitado a congelar las relaciones de Washington con La Habana, y ha aplicado restricciones para los viajes y los negocios con la isla caribeña.

Embajada en Jerusalén

-El traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén era uno de sus anuncios de campaña electoral que levantaba más ampollas.

-El 6 de diciembre -a pesar de la oposición sus secretarios de Estado y Defensa, y del director de la CIA-, el presidente de Estados Unidos hizo público que reconocía Jerusalén como capital de Israel, y que la embajada sería reubicada allí en el plazo de unos años. Esta decisión acaba con la política de Washington que durante siete décadas se resistió al reconocimiento de Jerusalén antes de que se encontrara una solución al conflicto palestino-israelí.