Todo queda trasladado a Copacabana, lugar donde se celebró la Misa del martes y el Via Crucis de mañana y que se sitúa al sur de la capital brasileña. Con 4 metros de largo, la organización trabaja a destajo para poner todo a punto y equiparlo todo desde el punto de vista de la seguridad y de la atención a los peregrinos, en una ciudad que se ha preparado para acoger a cientos de miles de peregrinos de todo el mundo. También allí tendrá lugar la fiesta de acogida que los jóvenes tributarán a Francisco, después de que el Papa hoy haya visitado la favela Varginha y se haya encontrado con los jóvenes peregrinos de Argentina, invitándoles a salir a la vida pública para llevar a la Iglesia a todos.