La vida de 12.000 sirios atrapados en la frontera entre Siria y Jordania corre peligro a menos que las autoridades de Amman les dejen entrar en su territorio, advirtió hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Entre ellos hay ancianos, mujeres embarazadas y niños que sufren de malnutrición aguda y cuya vida corre peligro si no reciben atención médica urgente, explicó en rueda de prensa Melissa Fleming, portavoz de ACNUR.

 "Están en una zona rocosa donde no hay agua, ni vegetación, ni sombra. Si los refugiados no son admitidos en Jordania y no se les brinda asistencia esencial, la vida de estas personas está en riesgo en los próximos meses de invierno", denunció la portavoz.

 Fleming explicó que ya se han dado casos de diarrea, infecciones respiratorias, enfermedades cutáneas y la mayoría de los niños "sufren malnutrición aguda".

 El número de refugiados atrapados en ese lugar ha crecido desde noviembre de 4.000 a 12.000 "a causa de la intensificación del conflicto en Siria".

 Según la portavoz, las autoridades jordanas no les deja entrar argumentando problemas de seguridad, a lo que el ACNUR ha respondido que lo que hay que hacer es, simplemente, llevar a cabo un proceso de examen y escrutinio minucioso.

 "Aunque la negativa a dejarlos entrar es una combinación de factores, el problema de seguridad es el principal".

 Además, Fleming explicó que el campo de Azraq, a unos 300 kilómetros del lugar donde están atrapados los refugiados, está sólo a un tercio de su capacidad, por lo que podría sin problemas acoger a los recién llegados.

 Jordania acoge actualmente a 630.00 refugiados sirios, lo que pesa enormemente en su economía y en la seguridad del país.