Dentro de la tragedia de Oklahoma, de entre muchas, hay una historia de valentía, de supervivencia y de cómo es imprescindible el apoyo cuando hay una situación límite. Es la de los profesores de las dos escuelas que arrasó el tornado.Esto es lo que hizo Waynel Mayes para proteger a sus alumnos: “Un amigo me alertó del tornado en el iPad. Entonces puse todos los pupitres juntos y le dije a los niños: ‘Vamos a jugar a los túneles’. Y lo hice con los pupitres pegados en las paredes. Fueron entrando de dos en dos, y empezamos a tocar instrumentos y a cantar ‘Jesús te ama’, y lo hicimos lo más alto que pudimos. Cuando todo terminó los niños me dijeron que creían que era la fuente del patio, que se había desbordado, y les dije: ‘a lo mejor ha llovido’”.Y esto lo que hizo otra maestra, Tammy Glasgow: “Antes de cerrar las puertas del baño les dije: ‘Os quiero’. Los niños me miraron extrañados y me dijeron: ‘Nosotros también te queremos’, y les dije que rezaran Lo que hicimos durante toda la clase fue eso, rezar. Y cantaban el himno nacional”.Con acciones como esta, ¿qué le puede decir un niño como Gabriel a su profesora? “Le diría que es muy buena profesora. Es la mejor profesora que he tenido nunca. Es genial, y la quiero”, es lo que dice Gabriel, uno de los alumnos de esa escuela.¿Y qué le puede decir su padre, David Wheller? “La queremos. No sé si podemos decir otra cosa. Ha ayudado a salvar la vida de mi hijo, la de otros de sus estudiantes, y no dudó en hacerlo, lo hizo mejor que nadie. Le queremos dar las gracias, es miembro de nuestra familia para el resto de nuestras vidas, lo será siempre”.