Hace unos meses en el campeonato internacional de Cross de la localidad navarra de Burlada tuvo lugar un acontecimiento tan sorprendente, que nos ayuda a seguir creyendo en los valores del deporte y de la persona, es decir, juego limpio o 'fair play' como lo llaman fuera de nuestras fronteras.
Aquel día el atleta keniano Abel Mutai, medalla de oro de los 3.000 obstáculos en los JJ.OO de Londres 2012, estaba a punto de ganar la prueba cuando, al entrar en la pista donde estaba la meta, pensó que había llegado, aflojó el paso y, relajado, comenzó a saludar al público creyéndose vencedor. Por detrás llegaba Iván Fernández Anaya, que al ver la escena no quiso aprovechar la ocasión de ganar la prueba. Se quedó a su espalda, y a empujones, llevó a Mutai hasta la meta. Una verdadera lección de juego limpio y honradez.
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