Existen muchos tipos de manipulación; una de ellas, no entender lo que realmente estamos firmando, la letra pequeña. Los políticos son un claro ejemplo. “Se expresan de una manera tan torticera que no se entiende realmente lo que dicen”, explica el psicólogo Luis Muiño. Por ejemplo hablan de devaluación competitiva de los salarios para referirse a la bajada de sueldos o de crecimiento económico negativo, cuando un crecimiento es todo lo contrario.

Curiosamente hoy en día se manipula pero no con la mentira: “Intenet ha hecho mucho bien en ese sentido. Ahora nos engañan con omisiones o con verdades a medias”.

Los manipuladores consiguen que nos pongamos en modo emocional, que sintamos ira o que estemos muy motivados para evitar que pensemos y actuemos impulsivamente.

¿Cómo luchar contra ello? Luís Muiño da tres consejos:

•    Los manipuladores muchas veces nos meten prisa para que no pensemos, por eso es importante tomarnos un tiempo muerto para pensar o hacer las cosas.
•    Debemos tener claros los límites y saber adonde no nos pueden llevar los manipulares.
•    Preguntarles cosas concretas, que es lo que mas desmonta a los manipulares. Aunque hay que considerar que tienen mucha tolerancia a la tensión.


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