La consecuencia inmediata es que la persona que sufre este temor “deja de hacerse las revisiones”. Este miedo puede venir dado por “una mala experiencia personal, que la haya tenido alguien que conocemos y nos la haya contado, o que se trate de personas con un nivel de ansiedad muy alto”. Ahora las prácticas odontológicas son “seguras e indoloras”, advierte la psicóloga Mariana Segura, que prepara a los odontólogos para combatir este miedo.
Precisamente, “el colegio de odontólogos ha puesto en marcha unos cursos para usuarios y profesionales con técnicas de relajación, de distracción, de control de pensamiento, para saber planificarse y no convencerse a uno mismo de que es mejor no ir”. “Se trata de ir dando pasos para que la fobia remita”.
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