Las reformas que afectan a las estructuras administrativas y económicas de la Santa Sede no responden únicamente a criterios de transparencia y eficacia. De hecho, ni la Comisión para esclarecer y fiscalizar la actividad del IOR ni la Comisión creada para racionalizar la actividad económica del resto de los departamentos del Vaticano, responden exclusivamente a criterios técnicos. La estrecha vinculación y colaboración de esta nueva comisión con el grupo de ocho cardenales de todo el mundo nombrados por el Papa Francisco para estudiar la Reforma de la Curia es una muestra de ello.La transparencia y la racionalización son fundamentales en el funcionamiento de las estructuras de gobierno, pero en el caso del Vaticano deben ser necesariamente expresión de la misión y la finalidad a la que sirve la Santa Sede. Por eso se ha buscado a los más capaces de asumir con profesionalidad la grave responsabilidad de continuar con reformas que eviten gastos innecesarios, perfeccionen la administración del patrimonio y operen con prudencia.El Papa ha decidido que sea un sacerdote español, Mons. Ángel Vallejo, la persona encargada de coordinar los trabajos de esta nueva comisión compuesta por ocho expertos de diversas nacionalidades. Todo un desafío que, sin lugar a dudas, solo puede redundar en bien de la misión evangelizadora para la que la Iglesia vive en el mundo.