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Rosario Porto dice que Asunta no tomó Orfidal

El fiscal le ha recordado a la abogada gallega que se contradice con lo declarado en la instrucción, cuando Rosario contó que Alfonso le dio "polvos blancos" a la niña.

La prensa sigue el juicio. Foto Paula Pájaro COPE Santiago

La prensa sigue el juicio. Foto Paula Pájaro COPE Santiago

cope.escope.es

Tiempo de lectura: 5'Actualizado 10 abr 2017

Rosario Porto, acusada de matar a su hija Asunta, en un plan que habría orquestado junto a su ex, Alfonso Basterra, ha señalado hoy que "nadie le daba Orfidal", fármaco que esta mujer sí tomaba, a la niña. "Alfonso no le daba Orfidal a su hija", "nadie le daba Orfidal a la niña" y, ha relatado, si alguien se lo hubiese dado ese 21 de septiembre de 2013, cuando la pequeña murió, si esto se hubiese producido en la comida que los tres compartieron, ella hubiese "notado los efectos". El fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, le ha dicho que se contradice con lo declarado en la instrucción, cuando Rosario contó que Alfonso le dio "polvos blancos", pero ella ha matizado que no lo ve así. Acto seguido, se ha pedido la declaración de ella en la fase de la investigación, solicitud que se produjo justo antes de un receso en la maratoniana sesión de hoy, que se retomará a las cinco de esta tarde. Antes, en esta vista oral, Rosario Porto ha justificado el comportamiento suyo que siguió a la noticia de que el cadáver era de Asunta. Sobre si mostró una tranquilidad inexplicable o incluso se durmió, ha contestado al fiscal que desconoce si él tiene hijos, "pero yo no estaba en condiciones de asumir la noticia que me acababan de dar". "Yo solo sé que estábamos nerviosísimos, dando vueltas como fieras enjauladas, yo al menos", ha destacado. Porto también ha relatado que el día en el que murió la víctima, ella fue la primera en percatarse, esa tarde-noche, de que Asunta no estaba en la casa que compartían y enseguida llamó al padre de la cría con el fin de conocer si se encontraba con él. Avanzada la madrugada, ya el día 22, cuando se le informó de que se había hallado el cuerpo de una criatura con las características de Asunta, Porto, según ha dicho ante el tribunal, se fue a su dormitorio y se sentó en la cama "convencida" de que no era el cuerpo de su hija. "Estaba convencida de que no era mi hija", ha expuesto. Acerca de la cuerda naranja presente en el registro practicado en la vivienda de Teo (A Coruña), muy cerca de la pista forestal en la que se descubrió a Asunta sin vida, e igual a la descubierta en el cadáver de la pequeña, que fue atada, Porto ha indicado que estas cuerdas las usaba su madre, fallecida, para embalar paquetes y que es muy posible que ella misma "desembalase alguna caja". "No tengo ninguna explicación para esa cuerda", ha remarcado, y el fiscal le ha enseñado la imagen de Asunta, sin vida, y con pedazos de una amarra similar, un momento en el que la madre de esta niña ha girado la cara, diciendo que no podía mirar, y ha proferido un grito: "El cadáver ya lo he visto". En ese momento del juicio, el padre se ha derrumbado al ver la fotografía del cadáver. Los padres de Asunta, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, internos en el penal coruñés de Teixeiro desde hace más de dos años, son los únicos acusados de la muerte violenta de la menor y, en el juicio que se celebra en Santiago, la primera de los dos en declarar ha sido ella. "COMO PADRES, LO HICIMOS LO MEJOR QUE PUDIMOS" La abogada Rosario Porto, acusada de dar muerte a su hija Asunta en un plan conjunto con el progenitor de la niña y su otrora pareja, el periodista Alfonso Basterra, ha contado hoy en el juicio sobre este crimen que tanto ella como su ex, "como padres, lo hicimos lo mejor que pudimos". "Como cónyuges no lo supimos hacer bien", ha contestado al fiscal asignado al caso, Jorge Fernández de Aránguiz, y ha confesado que la ruptura con su marido fue difícil, porque la relación no funcionaba pero, aún así, ella era más partidaria de ponerle fin que él, que "al principio no reaccionó bien". Ha contado que había una tercera persona, por parte de ella, pero que no fue el "detonante de nada", a pesar de que Alfonso Basterra se enterase de que estaba con otro, y que esto solo tuvo importancia cuando Rosario se puso enferma y su en otro momento cónyuge se ofreció a cuidarla, pero si ella se mantenía soltera, sin nadie. Tampoco esto le pareció extraño, porque "unos cedemos en una cosa y otros, en otras", ha relatado, y ha comentado que en esa situación dependía de Alfonso, porque no se valía por sí sola, y necesitaba apoyo y poner de su parte con el objeto de no enfrentarse al consumo de antidepresivos. En la actualidad, lleva dos años medicada por este estado anímico y, según ha enumerado, no puede tomar el sol, tampoco beber y fumar, y se ha convencido, merced a sus reacciones, de que la medicina preventiva le da muchísimo "mejor resultado que la sintomática". Desde que en junio de 2013 tuvo un ingreso hospitalario, meses antes de la muerte de Asunta, hallada sin vida el 22 de septiembre de ese año en una pista forestal de Teo (A Coruña), Rosario Porto nunca ha vuelto a encontrarse bien, pero desde el inicio de este problema, y mientras pudo, antes de su ingreso en prisión, tuvo el apoyo "de la señora que le ayudaba en casa, de la madrina de Asunta y de Alfonso Basterra". El apoyo de éste lo ha explicado: "Yo no conozco rupturas pacíficas, en un primer momento no fue pacífica", ha afirmado, y consultada por si Alfonso se comportó como un energúmeno, ha respondido que "un poco sí", e incluso que ella tuvo miedo, porque a veces las personas "nos descontrolamos, actuamos de forma inadecuada" y "en ocasiones discutimos y perdemos el control". No obstante, ha detallado que, a su hija, Alfonso Basterra le daba "lo mejor de sí", y ha matizado que "a veces de forma equivocada, pero todos los padres tienen formas distintas, a él podían parecerle correctas cosas que a mí no. Me estoy refiriendo a comprarle una piruleta o no en un momento determinado". Sobre la gestión económica y acerca de cómo hacían con el dinero, ha dicho Porto que "nunca entramos en miserias de tuyo y mío", con lo que vivían del trabajo de Alfonso Basterra cuando lo tenía y del suyo propio, "que ingresaba por otras cosas", no por el ejercicio de la abogacía, porque ya antes del fallecimiento de su padre, abogado, que le "costó muchísimo encajar", decidió no seguir con esta profesión "por motivos personales que no vienen al caso". De Asunta ha asegurado que era una niña de altas capacidades, con muchas actividades fuera de su horario escolar, algo intrínseco a esta condición, ha mencionado, y ha narrado que le encantaba que su hija le consumiese toda la energía, a pesar de que "tienes que estar preparada para que una niña con doce años te dijese que Obama no se merecía el Nobel de la Paz". A la cuestión de si había un pacto para el cuidado de la pequeña, Rosario Porto se ha puesto nerviosa con la palabra "pacto", máxime "después de todo lo oído en los últimos tiempos" en lo relativo a un plan conjunto para que la cría a la que habían adoptado falleciese asfixiada. En lo referente a la supuesta alergia de la víctima, ha precisado que en realidad era "rinitis alérgica estacional, que no es lo mismo que ser alérgica". Rosario Porto ha llorado con más ímpetu en dos ocasiones, en el momento en que salió a colación la separación y cuando se trató en la sala, precisamente, el tema de esta dolencia que padecería la menor. Los padres de Asunta, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, internos en el penal coruñés de Teixeiro desde hace más de dos años, son los únicos acusados de esta muerte violenta y, en el juicio que se celebra en Santiago, la primera de los dos en declarar es ella.Rosario Porto dice que Asunta no tomó Orfidal

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