En realidad no es nada nuevo, explica Ana Ferrer, presidenta de la Fundación Española de Toxicología Clínica. “A principios de 2000 en una revista alemana ya se hablaba de los efectos del consumo de esta planta”. De hecho era una “hábito bastante extendido en Baviera y en algunas zonas de Francia”.
El problema es que nunca se sabe exactamente lo que tiene una planta y eso "supone un riesgo”, advierte. Sí se sabe que su consumo puede provocar una cierta sensación de embriaguez. "Tiene distintas sustancias orgánicas que al quemarse producen volátiles que llegan al cerebro con mas facilidad y que dan una sensación de mareo. Además tiene productores potenciales de cianuro, que es un producto extremadamente tóxico”.
De todas maneras, afirma "no se ha descrito ningún caso de intoxicación aguda vía inhalatoria por fumar hortensias". “La parte de cianuro que puede contener una hortensia es muy pequeña. Habría que comer grandes cantidades para incorporar una dosis tóxica”. Tampoco hay que olvidar que "cualquier cosa que se fuma contiene carcinógenos”.
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