A lo largo de toda la semana, Requena celebra su Fiesta de la Vendimia, declarada de Interés Turístico Nacional y, por supuesto, con la vendimia y el vino como telón de fondo. El pisado de la uva frente al Monumento a la Vendimia y la bendición del primer mosto con la apertura de las fuentes del vino de las que se puede beber hasta que son quemadas el último día de los festejos, junto con la La Noche del Vino, la Noche del Labrador, la Noche de los Racimos, la Quema del la Fuente del Vino y hoy, la Noche de la Zurra, completan una semana volcada en su vendimia. Hoy, Noche de la Zurra, que empieza con un concurso de recortadores, termina con una multitud de requenenses y visitantes, bota de vino en ristre, recorren la ciudad. Con el calor apretando a pesar de las horas nocturnas y el vino contribuyendo al sofoco, recorren las calles pidiendo a gritos ser refrescados con agua que los vecinos les arrojan con cubos y mangueras desde sus ventanas y balcones. Superada la “zurra”, y después de degustar algunos de sus platos estrella, como el arroz en cazuela, el ajoarriero, el morteruelo, la longaniza o la sobrasada y habernos deleitado con postres como “el turroncillo” o el pan bendito, Requena nos ofrece muchas posibilidades para empaparnos de arte y cultura, entre las que destaca la visita al recinto medieval al que podemos acceder por distintas cuestas, la del Castillo, la del Cristo o la del Ángel. Allí, nos encontraremos la Casa del Arte Mayor de la Seda, las Cuevas de la Villa, construidas por los árabes y que recorren el subsuelo de la zona de la Plaza de la Villa; el castillo, la Alcazaba, la Judería, la Fortaleza, la Medina, las murallas o el Palacio del Cid. Todo ello, sin olvidar la Iglesia de San Nicolás, del siglo XIII y declarada Bien de Interés Cultural, la Iglesia de Santa María, Monumento Nacional o la Iglesia del Salvador.