El PSOE pide más laicidad. Entendámonos, es conveniente que en España se produzcan pasos adelante en la laicidad positiva. La Iglesia católica no tiene pretensión alguna de que el contenido de las leyes esté determinado por la Revelación sino por el uso de la razón. La laicidad positiva, en una sociedad plural como la nuestra, implica que todas las confesiones y todas las identidades, no solo las religiosas, relaten en términos civiles la aportación que supone su experiencia para la construcción del bien común.Los socialistas insisten en la necesidad de que las Iglesias se autofinancien, se revise el pago del IBI y el sistema de inmatriculaciones de bienes. Son todos argumentos a contemplar. La Iglesia católica, gracias al acuerdo con un gobierno socialista firmado en 2006, ha avanzado mucho en la autofinanciación a través del IRPF. El pago o no pago del IBI, que beneficia a algunos inmuebles tanto de la Iglesia como de otras realidades con fines sociales, es un asunto que invita a dialogar con serenidad sobre la subsidiariedad fiscal. Debemos pensar qué trato fiscal deben recibir aquellas entidades de la sociedad civil que generan un bien del que podemos disfrutar todos.Como decía el Papa a los obispos de Estados Unidos, la Iglesia no quiere “llorar por un tiempo que no volverá” ni busca asegurarse “una hegemonía aparente”. La suya es la “cultura del encuentro”. Por eso apuesta por la laicidad positiva.