La combinación de turismo y asentamiento de vecinos con mayor poder adquisitivo está variando la radiografía sociológica de los centros de Madrid y Barcelona y ha llevado los precios de los alquileres a máximos históricos, como refleja un trabajo de Periodismo de Datos elaborado por EFE.

Zonas antes marginales, como ocurre en los barrios de Lavapiés en Madrid o Sant Martí en Barcelona, se están transformando en sitios de moda que atraen a su vez a nuevos inquilinos con rentas más altas.

El turismo de alquiler también están influyendo en este cambio residencial. Los pisos vacacionales, sobre todo de fin de semana, ganan terreno en los centros de Barcelona y Madrid, cuyos ayuntamientos están adoptando medidas para su control.

Esa transformación está repercutiendo de forma negativa en el precio de la vivienda, y en especial de los alquileres, que está aumentando de forma significativa. Los centros históricos alcanzan máximos en sus precios de alquiler.

El perfil ciudadano está variando así en ambas ciudades. En Barcelona se han asentado sobre todo extranjeros con poder adquisitivo y en Madrid, los nuevos vecinos -sobre todo, españoles- toman el relevo de los inmigrantes que se afincaron en el caso antiguo antes del principio de la crisis.

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