Los toros de Victoriano del Río salieron muy hermanados desde el comienzo del encierro y enfilaron la Cuesta de Santo Domingo perfectamente hermanados con los cabestros. Hasta la llegada a la plaza del Ayuntamiento se mantuvo unida la manada. En ese punto uno de los toros se adelantó.Al comienzo de la calle Estafeta se vivió uno de los momentos de mayor peligro de la carrera al encunar por el vientre uno de los toros a un mozo en la acera izquierda, afortunadamente sin llegar a ser herido.Los astados de Victoriano del Río se comportaron de manera noble, permitiendo a los corredores protagonizar carreras limpias y emocionantes a escasos centímetros de los pitones.Un toro cayó en el tramo de Telefónica, recorriendo en solitario los últimos metros del encierro arrollando a otro corredor justo en la bajada al callejón de la plaza de toros. Los seis toros entraron en los corrales del coso pamplonés completando la carrera en dos minutos y once segundos.