El Partido Socialista parece no tener muy claras las ideas respecto a cuál es su programa político respecto a las relaciones con la Iglesia. Muestra de ello son las declaraciones del exministro de la Presidencia socialista, Ramón Jáuregui, matizando unas recientes de Rubalcaba, en las que proponía la denuncia de los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado.Jáuregui ha representado dentro del Partido Socialista, un intento poco exitoso de apertura hacia la sensibilidad cristiana y la porpia realidad de la Iglesia. En estas declaraciones explicaba que bastaría  modificar algunos aspectos parciales de los Acuerdos, como el de la financiación y el de la asignatura de religión en la Escuela. Es una propuesta que parte de un error de base: señalar que los Acuerdos, que ha confesado son perfectamente constitucionales, ya no responden a la situación del país. El PSOE debería aceptar que los católicos son ciudadanos de pleno derecho, y que no tiene que renunciar a su identidad para ser reconocidos como interlocutores en el debate público.El que fuera exministro socialista ha reconocido que en el PSOE faltan espacios para los cristianos pero ha añadido que la jerarquía de la Iglesia hace muy poco por tender puentes, porque no acaba de entender lo que es el concepto de laicidad incluyente. Una afirmación que no se sostiene si tenemos en cuenta que quien más ha explicado este concepto ha sido el Papa Benedicto XVI.