Los nervios han podido con ella cuando iba a cantar y ha tenido que parar para beber un poco de aguar y recuperar el aire. Todo ocurría cuando a la niña de San Ildefonso se le resbalaba una de las bolas del quinto alambre. La bola la ha recogido del suelo y ahí ha sido el momento de pánico escénico. La presión, sin embargo, no ha durado mucho porque ha conseguido reponerse en el noveno que se le atascó y ha leído el número correctamente y a viva voz. Sin duda las lágrimas de Maguette las más ovacionadas además de los premios que se reparten hoy.