Después de dos excelentes temporadas en su etapa con los utreros, en las que triunfó en las principales plazas de España y Francia, Garrido se doctorará en tauromaquia ante la afición que el año pasado ya le vio salir a hombros por la Puerta del Príncipe.Enrique Ponce y Sebastián Castella serán así padrino y testigo de una ceremonia que se verificará definitivamente ante toros de la divisa de Juan Pedro Domecq, una vez que las empresas no hicieron hueco al diestro de Badajoz en los carteles de las primeras ferias del año."Más allá de todo lo que se habló y especuló este invierno, creo que la Maestranza es la plaza perfecta para mi alternativa, el sitio indóneo que quedará para siempre grabado en mi trayectoria. Así que no hay que darle más vueltas a lo que no pudo ser. Por fin ha llegado el día más importante de mi vida y me siento muy orgulloso de que se haya definido así", confiesa Garrido.Con todo, el aun novillero de Badajoz reconoce que después de los triunfos que logró el año pasado en esta misma plaza, el público sevillano le va a exigir que "como matador de toros esté al mismo nivel, o más, que en aquellas novilladas, lo que también supone una mayor carga de responsabilidad".Pero Garrido se siente "sobradamente preparado" para asumirla, porque, además del gran oficio adquirido en las dos temporadas anteriores, este invierno ha sido para él "muy intenso en los entrenamientos, como corresponde a una corrida rodeada de la máxima exigencia que puede tener un torero"."He trabajado a conciencia día tras día -explica- por lo que a unas horas de la corrida ya no echo nada en falta. He hecho todo lo que debía de hacer y estoy en un punto perfecto de preparación, así que no tendré excusa ninguna si las cosas no salen bien".La opinión extendida en el mundo del toro sobre José Garrido es que, después de su gran trayectoria como novillero, merecía haber tenido mayor recompensa y mejor trato por parte de las empresas, pero él mismo resta importancia a la cuestión."El balance de mi etapa en las novilladas -explica- no puede ser más positivo: he dado la cara en las plazas más importantes y mi nombre siempre ha estado al alza, desde una línea de independencia que no quiero abandonar, porque me gusta jugar con mi baraja y que nadie decida por mí"."Pero ver que, aun así, no ha sido suficiente para que se me abran las puertas lo único que consigue es curtirme mucho más y llenarme la barriga de gatos para sacarlos luego en la plaza, que es donde hay que ganarse el puesto en el toreo", advierte Garrido.Justo a un día de convertirse en matador de toros, el diestro pacense tiene también asumido que el momento que atraviesa la Fiesta "es muy duro para los nuevos toreros" y que "hay que pegar muy fuerte para romper el muro que nos impide el paso, porque las medias tintas aquí no valen para nada"."Por eso -insiste el novillero- además de buscar irme de la plaza con buenas sensaciones, mañana en Sevilla tengo que llenarme la mano de pelos de las orejas de mis toros. No hay otra. Porque, de momento, sólo tengo firmada otra corrida en Cáceres y estoy obligado a seguir remando a contracorriente y sin rendirme para ganarme las siguientes".En ese sentido, la tarde de su alternativa es para Garrido "sólo el punto de partida de una nueva etapa, pero desde una gran plataforma de lanzamiento. Lo que la gente va a ver de mí en la plaza de Sevilla, siempre desde la base de la entrega y el pundonor que se exige, será sólo un atisbo de la verdadera dimensión de lo que creo que puedo y quiero llegar a dar como torero", finaliza.