El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha fallado hoy que “en determinadas condiciones” los buscadores están obligados a eliminar de su lista de resultados páginas Web publicadas por terceros que contengan información relativa a una persona. Es un contencioso que desde hace tiempo enfrente a la Agencia Española de Protección de Datos con Google. Y que se refiere al conocido como “derecho al olvido”. Google se ha quejado de la decisión. Pero no se entiende cómo el mundo de Internet puede ser un mundo al margen de la ley. Los buscadores se han convertido en el sistema de navegación por antonomasia. Es relativamente fácil acceder a toda la información publicada sobre una persona. Pero en algunos casos esa información es falsa, calumniosa o simplemente no está actualizada. La falta de actualización puede ser una forma de mentira. El mismo equilibrio necesario para proteger el derecho a la libertad de expresión  y el derecho a la intimidad o el honor en cualquier otro medio, debe exigirse en la red. Por desgracia la falta de escrúpulos ha provocado que en el mundo virtual impere la ley de la selva. Para evitar esta y otro tipo de indefensiones, sobre todo en los supuestos más graves, es necesario que el nuevo derecho de pasos adelante.