Inmaculada lleva tres años en el paro, los mismos que lleva intentando que le concedan la licencia. Cuando hizo su intervención, cargada de emotividad por su situación, “pensaba que iba a ser un pleno más”, pero la cobertura mediática ha superado sus expectativas. Esta madre denunció el incumplimiento de una promesa política. Según su testimonio, El Baratillo se afincó en la Plaza de abastos durante muchos años, hasta que unas obras obligaron a que se abandonara esta actividad durante un tiempo. El mercadillo fue reubicado y se concedieron tan solo medio centenar de licencias, con la condición de que El Baratillo volviese a la plaza tras la reforma. Pero esto no sucedió.Los vendedores ambulantes sin licencia se enfrentan cada domingo a una multa por intentar trabajar para sacar a sus familias adelante. Un problema que Inmaculada ha afrontado con coraje y valentía para que todo el mundo lo conozca.Escucha aquí a Inmaculada Michinina.