Europa hace demasiado poco para combatir la tragedia que se está produciendo en el estrecho con la inmigración. La prueba es lo que sucedió ayer en la reunión de los ministros de Exteriores e Interior de la Unión. Después de la tragedia de este fin de semana no se concretó una mayor dotación para el servicio Triton, los barcos que patrullan en el Estrecho y que pueden salvar a los inmigrantes. El dispositivo Triton, sufragado por toda la UE,  cuenta con un presupuesto mensual de solo 3 millones de euros. Italia, el año pasado, se gastaba 9 millones de euros al mes con el dispositivo Mare Nostrum. Al menos hay que volver a esas magnitudes. No se gasta más porque los países del Norte no quieren un mayor compromiso y porque los Gobiernos tienen miedo a la xenofobia. No es cierto que un compromiso mayor aumente el efecto llamada. Estamos hablando de salvar vidas y de una cantidad muy pequeña en relación al conjunto del presupuesto comunitario. Europa no puede pactar con el rechazo hacia el extranjero. El salvamento es solo una medida de urgencia, pero hay que aumentar los recursos como hay que cambiar la cicatera política que se aplica con los asilados. Muchos de ellos vienen de las guerras de Libia, de Siria y de Iraq. El salvamento es solo una medida de urgencia. A medio plazo hay que revisar las políticas europeas en el norte de África y en Oriente Próximo.