La selección española de balonmano, vigente campeona del mundo, sufrió para doblegar por 27-34 a la débil Finlandia, en un choque en el que la falta de intensidad defensiva condenó a los de Manolo Cadenas a sufrir un inesperado suplicio. Pese a las notables diferencias existentes entre ambos conjuntos, España no pudo cantar victoria hasta apenas falta de siete minutos para la conclusión, cuando un gol de Joan Cañellas (24-28) acababa con cualquier opción de sorpresa. Un disgusto para el equipo español que planeó desde el inicio del encuentro sobre la pista del Energia Areena de Vantaa, dada la sorprendente endeblez defensiva de la selección española. Circunstancia que no desaprovecharon desconocidos como el extremo Teemu Tamminen, jugador de los "Gallos" de Riihimäen, para protagonizar el encuentro de su vida, como atestiguan los 11 goles, de 14 lanzamientos, que endosó hoy al conjunto español. Cinco menos de los que anotó todo el equipo austríaco, uno de los 24 participantes en el próximo Mundial de Catar, en el partido que le enfrentó el pasado miércoles en Cangas de Morrazo (27-16) ante España. Datos que revelan los inesperados problemas defensivos padecidos por la selección española, que al descanso ya había encajado nada menos que 15 goles ante una Finlandia (15-17), que ya vive como una auténtica proeza su presencia en esta fase de grupos de la fase de clasificación para el Europeo de Polonia 2016. El paso por los vestuarios no mejoró el rendimiento defensivo del equipo español, que a falta de trece minutos para la finalización del duelo, tan sólo vencía por un gol (24-25). Un inquietante marcador que obligó al técnico Manolo Cadenas a pedir con urgencia un tiempo muerto, para evitar consumar el desastre que supondría la perdida de algún punto en la pista del, a priori, rival más débil del grupo. Parón, que esta vez, sí pareció sacar de su letargo defensivo al conjunto español, que en los trece minutos restantes plasmó su teórica superioridad sobre la pista con un parcial de 3-9, que le permitió sumar un triunfo (27-34) que nunca pensó que le costase sudar tanto.