Escribano, que cortó la única oreja de la tarde al toro que salió en sexto lugar, aseguró que la premiada fue "una faena muy sentida y trabajada, toda a base de esfuerzo, porque el toro ya estaba muy orientado en el tercio de banderillas"."De hecho -continuó el espada sevillano- los últimos naturales se los he pegado ya al toro casi sin combustible, podríamos decir. Pero por eso mismo esta oreja me sabe tan bien, por esos olés de la plaza de Madrid que nunca había podido disfrutar y que he provocado dando la dimensión que siempre quiero alcanzar".Por su parte, el torero riojano Diego Urdiales aseguró, al hacer balance, que "ha sido una gran tarde, porque le he hecho un toreo muy completo a mis dos toros"."A mi primero le he pegado muletazos muy agusto, con despaciosidad y evitando en todo momento que me tocara las telas. De haberlo matado mejor, la oreja hubiera sido de ley, al revés que ha pasado con el otro, al que he tumbado de una gran estocada".Finalmente, Sebastián Castella reconoció que su segundo toro "tenía calidad para la muleta, y cierta clase, pero no aguantó mucho. No tenía ninguna fuerza, quería pero no podía con su alma".Una vez cumplida su tercera y última actuación en el abono, el diestro francés considera que, "aunque no he podido redondear hoy, porque venía a otra cosa, con tres orejas y una salida a hombros, creo, personalmente, que he echado una gran feria de San Isidro".