El Congreso vivió ayer un ensayo de lo que podría haber sido un gobierno de los tres partidos constitucionalistas, al ponerse de acuerdo sobre la postura sobre el futuro de Europa ante el reto británico. Sin embargo no parece que este acuerdo tripartido sea posible, a pesar de ser la alianza más conveniente  para formar un gobierno estable. Los intentos de acuerdo entre el Partido Socialista y Ciudadanos tampoco podrían cuajar si no cuentan con el partido más votado por los españoles.Resulta sorprendente que quien ha despreciado con arrogancia todo contacto con el Partido Popular, aspire ahora a que ese mismo partido propicie la investidura de Sánchez con su abstención. El gesto que muchos piden ahora a Rajoy en nombre de la estabilidad, debió avanzarlo el propio Sánchez para dialogar siquiera con el Presidente del gobierno en funciones.Será el propio debate de investidura el que ponga a cada cual en su sitio, porque en ese escenario todos los partidos tendrán que mostrar sus cartas, entre otras, el auténtico alcance de la reforma constitucional que Sánchez propone, y que sería completamente imposible si no cuenta con el acuerdo del partido que a día de hoy representa a mayor número de españoles.