El frente conformado por CiU y Esquerra ya ha pactado una Declaración de Soberanía que aboga por la constitución de Cataluña como nuevo Estado. Con este telón de fondo, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja ha pedido al Gobierno, en La mañana de COPE, que se adelante al desafío independentista, que acepte el reto y movilice a una mayoría de españoles. Se trata de una voz cualificada que puede contribuir a clarificar el desconcierto, y en todo caso alimenta un debate ciertamente necesario.   La crisis del Estado hunde sus raíces, como ha señalado Mayor Oreja, en una crisis moral, y está ligada a una profunda mutación cultural que tiene serias consecuencias para la convivencia. Es necesario abrir el diálogo sobre la legitimidad moral de la autodeterminación, sus referentes históricos y culturales. Ahí debemos recordar lo que han señalado los obispos españoles sobre las propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de España: “Ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado español podría entenderse, tal y como es hoy, si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y política de esa antigua nación que es España”.   Es necesario tejer redes sociales de confianza entre los sujetos activos de la sociedad catalana y del resto de España. Y es necesaria una respuesta política institucional, que debe estar liderada por un gobierno fuerte que acepte el desafío y que sea capaz de articular los mecanismos del Estado de Derecho no sólo para la defensa del orden establecido, sino también para la propuesta de un escenario que responda al bien común de todos.