Buscar piso no es una tarea fácil. Dar con una vivienda decente y ajustada a precio es peor que participar en el reto "busca una aguja en un pajar" 

El Presidente del Gobierno quiere “rescatar una auténtica política de vivienda al servicio de la ciudadanía, en especial en materia de alquileres”. Su intención en este tiempo de legislatura es “reorientar el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 hacia vivienda pública y de alquiler”.

Hay asuntos que no entran en este plan y que habría que resolver. ¿Deberían pasar los pisos un examen antes de que el propietario se lance a alquilarlos? ¿Tendría que regularse el precio de una casa en función de sus características? 

"Pisos exteriores" a un patio de manzana lúgubre, "preciosos áticos" en los que no puedes ponerte de pie, "viviendas coquetas" que no llegan a ser un estudio, "listos para entrar a vivir" según el propietario que, por cierto, ya no vive ahí. Y todo al módico precio de XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX euros.

Eso sin hablar de la forma en la que está estipulado encontrar donde vivir. 

Te metes en un portal de internet empiezas a señalar filtros, incluído el máximo que te puedes gastar, y es posible que encuentres mil pisos que se ajustan a tus necesidades o ninguno. También está la opción de darte un paseo por la ciudad, cuaderno y boli en mano, mientras miras portales y ventanas para encontrar el ansiado: SE ALQUILA PISO (más número de teléfono o razón portería).

¿Qué pasa en cualquiera de los dos supuestos? 

Precios desorbitados, condiciones descabelladas, el anuncio normalmente nada tiene que ver con la realidad, pocas viviendas disponibles y muchas personas detrás de ellas.

1. El piso ya está alquilado

Un caramelo en la puerta de un colegio dura más que un piso en un plataforma de alquiler o un cartel de "se alquila" en un edificio -pero eso no lo sabes hasta que no llamas porque son pocos los que, una vez alquilado, retiran el anuncio-. 

2. El piso aún no está alquilado

Opción 0: Bueno, bonito, barato, a buen precio, en buena zona, amueblado con materiales de calidad... NO existe. Y si además el dueño da la casualidad de que no está en España y debes hacer todo el papeleo y transacciones por internet...OLVIDATÉ.

Opción 1: quedas a una hora concreta con quien lo enseña y te encuentras con varias personas delante de ti, que van a verlo antes que tú.

¿Alguna se lo quedará? Sí. Es posible que te hayas dado el paseo para hacer una cola -en lugar de ver un piso- y tengas que escuchar: "ya está alquilado". 

Opción2:  quedas a una hora concreta con quien lo enseña y antes de llegar tienen el detalle de avisarte de que ya está alquilado-se agradece aunque tengas que seguir con la búsqueda-

Opción3: quedas a una hora concreta con quien lo enseña y puedes verlo. En este punto puede cuadrarte la casa (ver el punto 3) o no. Si el piso no te emociona pero te salva la vida, te paras a pensar:

La idea inicial era un piso en la zona de (...) con una superficie de (...metros cuadrados) a un precio que oscile entre los (...euros) y (...euros) que tenga (...) habitaciones. Después de un mes buscando, quizá una cosa es lo que necesito y otra lo que hay. Así que, venga, la zona ya no es tan importante, seguro que puedo vivir en 30 metros cuadrados pagando lo mismo que tenía pensando por un piso más grande, y no son necesarias dos habitaciones, con un baño y una cama tengo suficiente. ¿Para qué un ascensor si puedo subir 10 plantas a pie? y lo de que tenga "algo luz natural" es una tonteria, si total el invierno es muy largo y se hace pronto de noche. 

Poca oferta y mucha demanda es la combinación perfecta para que hasta lo menos habitable: se alquile. El mercado y el propietario ponen las normas y tú, sea justo o no, decides. La desperación hace que muchas veces accedas a lo que consideras que es un abuso. Y ese abuso, es legal. Si encuentras a alguien que te alquile tu piso por 3.000 euros, cuando sabes que no vale ni 1.000, pues eso que te llevas. 

3. Te gusta el piso. Llega el momento de hablar de precio y condiciones

Meses por adelantado, depósito, fianza, contrato fijo, vida laboral, última declaración de la renta, últimas nóminas que demuestren que puedes pagar el alquiler- y también que puedes vivir-, aval bancario (por el que debes pagar), mes para la agencia (si se da el caso). Hay quienes piden extractos bancarios e incluso cartas de recomendación

Esforzarte en ajustar el precio puede ser una batalla perdida, o no, todo depende de cómo sea el dueño y de lo que quiera. Tener un dinero mensual sin que le importe quien es el inquilino o dejar su propiedad en manos de alguien que se lo cuide.

El plan de Sánchez

En 2013, la duración de los contratos de alquiler pasó a ser de tres años, en lugar de cinco. Ahora, Pedro Sánchez, preocupado por los precios del alquiler tiene previsto recuperar el contrato de arrendamiento de cinco años y limitar las fianzas. Además de otra batería de medidas que resuelvan este problema de oferta y demanda