Azpeitia (Guipúzcoa), jueves 1 de agosto de 2013. Casi lleno. Toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados y de buen juego en conjunto, a excepción del complicado segundo. Destacó el tercero, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El Cid, silencio y ovación tras aviso. Iván Fandiño, silencio tras aviso y ovación tras dos avisos. David Mora, oreja y ovación tras aviso. A El Cid se le fue la tarde, pues a sus manos fueron a parar dos toros de buena condición a los que toreó de forma aseada, sobre todo al natural, pero, ora por la espada, ora por no llegar a conectar del todo con los tendidos, propició que el sevillano se marchara de vacío.Fandiño, que se mostró firme con el único toro deslucido del envío, su primero, perdió un triunfo grande al fallar en la suerte suprema en el quinto, un notable ejemplar de Pedraza de Yeltes al que cuajó de principio a fin en una faena valiente y emocionante, que acabaría, en cambio, en una gran ovación.Mora fue el triunfador numérico de la tarde. Cortó una oreja de su primero, un gran toro, bravo y encastado, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, con el que el madrileño rayó a gran altura dentro de un conjunto enjundioso y bien estructurado.En el que cerró plaza, otro buen toro, anduvo también sobrado Mora, aunque acabaría dejándose la Puerta Grande por fallar con el descabello.