Comenzó a buen nivel la tarde de Diego Ventura, que templó y llevó a milímetros de la montura a lomos de Nazarí. Le consintió mucho el rejoneador, que después brilló en los quiebros con Milagro. Al toro de Capea le costó seguir las cabalgaduras y humillar, pero un par a dos manos y dos rosas montando a Toronjo pusieron un brillante broche a la faena de Ventura. El rejón de muerte cayó algo trasero pero tuvo un rápido efecto mortífero, lo que ayudó a la concesión de la primera oreja. Dos orejas más paseó Ventura del voluminoso cuarto de Capea. Un toro sosito al que le pesaron durante su lidia los más de seiscientos kilos que pasó. Hubo temple a dos pistas con Chalana y varias banderillas de perfecto embroque con Oro. El delirio llegó con Remate y varias cortas al violín. El rejón, un puntito desprendido, fue mortal de necesidad.Miguel Ángel Perera estuvo demasiado sobrado con el escaso segundo. Un animal justo de trapío, fortaleza y casta. El extremeño quitó por chicuelinas y comenzó su faena por estatuarios. Sin enmendar la figura. Pero al toro se le veía que se le iba la vida poco a poco. Por el pitón derecho hubo pulso y temple, pero cuando el extremeño cogió la zurda al toro se había acabado. Lo intentó también Perera, pero al conjunto le faltó emoción. Con un pinchazo el toro se tumbó exánime.El quinto fue otro toro de Montalvo justo de presencia y bajo de fuerza y casta con el que se estrelló Perera. Quiso el de Puebla de Prior estar mucho tiempo en la cara del toro, pero el público acabó por recriminárselo al no haber enemigo delante. La estocada hizo guardia para acabar de empeorar las cosas para Perera.   Tuvo bondad el tercero de Montalvo. Toro noble y colaborador con el que Alejandro Talavante se mostró a gusto y variado tanto con el capote y con la muleta. Hubo imaginación en los remates y suavidad en el trazo de los muletazos de un Talavante que se gustó en la cara del toro. Dio los tiempos perfectos al toro y supo conducirlo con buen aire, con mucha despaciosidad. Al natural supo tirar del toro perfectamente. La estocada necesitó de un golpe de descabello pero no fue impedimento para el corte de la oreja.El sexto, brochito de cuerna, sacó nobleza pajuna ante los engaños de Talavante. Toreó con gusto a la verónica y en el galleo para llevar al toro al caballo. Después, y con el toro sin terminar de entregarse, Alejandro toreó de nuevo con mucho temple y armonía. Siempre hubo reunión y ajuste en los embroques y tersura en los vuelos de la muleta del extremeño. La estocada, en la yema, fue el digno colofón a una faena de oreja justa y trabajada. FICHA DEL FESTEJO Gijón, miércoles 13 de agosto de 2014. 3ª de Feria. Casi lleno. Dos toros para rejones de San Mateo, despuntados reglamentariamente y de juego manejable. Cuatro toros de Montalvo, justos de presentación y de juego desigual aunque bajos de raza en conjunto. Inválidos segundo y quinto y manejables tercero y sexto. Diego Ventura, oreja y dos orejas. Miguel Ángel Perera, palmas y silencio. Alejandro Talavante, oreja y oreja.