Ante todo el campamento tiene que estar “bien pensado”. Hay que motivar a los niños y hacerles ver la gran oportunidad que supone”. “Es aconsejable que no vayan absolutamente solos sino que lo hagan acompañados de amigos o primos”, asegura el psicólogo de La Mañana Luis Muiño. Además hay que ponerles en situación para que se hagan a la idea. “Enseñarles folletos del campamento, contarles nuestra experiencia cuando éramos pequeños y por supuesto que sepan que hay una vuelta atrás, que si lo pasa fatal ahí estamos”.
Si en el peor de los casos el niño no se adapta y nos llama llorando todos los días, "no hay que preocuparse". “No les marcará”. “Les marcaría si lo están pasando mal y no les dejamos volver”.
“Lo que no se puede hacer es estar ahí a la primera de cambio. No se les debe mantener si pasados dos o cuatro días siguen llorando".
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