El regreso a la competición de Adrian Bowie ha supuesto una inyección de productividad para el Bball, que tuvo en el base de Maryland a su mejor pieza el pasado sábado. Con 27 puntos anotados, el líder del equipo estuvo en su línea y sin mostrar secuelas de una lesión que le llevó a diez días de inactividad con diez puntos de sutura en su mano izquierda. El buen momento general del equipo, representado en la fiabilidad del veterano Javi Franco y la aportación creciente de hombres como Arturo López, Luis Rodríguez o Jesús Gama, concede una fundada esperanza en poder sorprender a un rival como el Unicaja. Los malagueños, inmersos en varios frentes competitivos y con jugadores que están “a caballo” entre el equipo EBA y el LEB, han flaqueado en resultados en las últimas semanas. Después de su partido más deslumbrante (triunfo por 76-99 en la pista del líder Morón), han encadenado cuatro derrotas consecutivas ante Plasencia, Novaschool, Covirán Granada y Andújar. Eso sí, las tres últimas, por menos de tres puntos de diferencia. El escolta Paco Alonso y el pívot Kenan Karahodzic son los jugadores más sobresalientes en un grupo lleno de juventud y calidad, con figuras emergentes como Romaric Belemene, Bruno Diatta o Jorge Turbica. En el equipo malagueño, que adiestran Leandro Ramírez y el ex ACB Paco Vázquez, figura el cordobés Adolfo Vega. En Los Guindos se reproducirá un reencuentro con su hermano Sergio, en las filas del Bball, similar al que se produjo en la primera vuelta en Vista Alegre. En aquella ocasión, el Unicaja se llevó el triunfo por 75-83.