La tormenta, que llegó al norte de Filipinas el pasado viernes con vientos de hasta 170 kilómetros por hora y abandonó territorio filipino en la noche del domingo, ha dejado además 23 heridos y ha afectado a más de 102.000 personas, según el último informe del Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres del país. Goni, llamado Ineng por las autoridades locales, ha dañado más de 1.600 residencias en las islas de Batanes y la zona norte de Luzón, de las que más de 100 han quedado completamente destruidas. En total, los aludes de tierra y las inundaciones causados por el tifón bloquearon más de 75 carreteras, aunque la mitad de ellas ya son transitables gracias a la intervención de los equipos de rescate enviados a la zona. El tifón ha dejado además sin corriente eléctrica a 4 ciudades y 81 municipios, y ha causado daños e infraestructuras y agricultura por valor de 469 millones de pesos (8,68 millones de euros o 10 millones de dólares), según datos del Gobierno de Filipinas. Aunque la tormenta ya se encuentra fuera del territorio filipino, la agencia meteorológica del país, PAGASA, advierte que Goni propiciará la intensificación de las lluvias del monzón sobre Filipinas, por lo que se esperan más precipitaciones en la zona occidental de la isla de Luzón, donde se encuentra Manila. Entre 15 y 20 tifones recorren todos los años Filipinas durante la temporada de lluvias, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.