La campaña electoral se vuelve más exigente cuanto más pequeño es el municipio. Eso lo saben Amador y Cecilio, dos alcaldes de diferente signo pero con un denominador común, se han ganado durante décadas el cariño de su pueblo.

Ambos se toman la política como servicio a su pueblo. No cobran ni sueldo ni dietas y se jactan de las obras que han acometido en sus respectivos municipios. Sus vecinos lo saben y por ello les han mantenido en el cargo cerca ya de 40 años. Tienen claro que la política en las pequeñas localidades se basa más en la piel y en hacer las cosas bien, que en las siglas. En La Mañanahan contado sus historias.

 

 

Amador Álvarez tiene 70 años y es alcalde del PP en Carrascalejo (Cáceres), un municipio de 313 habitantes. “En los pueblos pequeños no importa mucho la ideología.  Las siglas dicen muy poco. Nunca hemos cobrado ni sueldos ni dietas”, explica. “En estos 36 años hemos invertido en el pueblo 1520 millones de pesetas”, cuenta con orgullo. “Hemos construido una residencia de mayores con la ayuda de 'Mensajeros de la Paz'. Es la mayor empresa que tenemos y cuenta con 21 trabajadores”.

 

Cecilio Lera se presenta bajo el paragüas del PSOE en Castroverde de Campos (Zamora). Entró en política con 25 años. Ahora a sus 62 años también aspira a su décima reelección. “Me he presentado siempre con el compromiso claro de hacer lo que pueda por mi pueblo”. Y esta vez lo hace “con mayor ilusión”. “Es el momento de no dejar las instituciones”.  Cecilio tampoco tiene ninguna retribución por ejercer como alcalde. “Soy cocinero no tengo ni dietas ni nada”. Cecilio reivindica la gestión en los pueblos pequeños “es bastante buena. El propio ciudadano ejerce de juez. Es raro que pueblos pequeños estén entrampados”. Entre sus logros se encuentra el haber desviado 500 metros el cauce del río para evitar inundaciones venideras. 

Fotos. Cecilio Lera y Amador Álvarez


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Amador y Cecilio, dos alcaldes en busca de su décima reelección