Las autoridades portuguesas han decretado la alerta roja por altas temperaturas en 11 de los 18 distritos del país, especialmente en el  norte y centro, donde se esperan máximas que podrán llegar a los 45 grados.

El Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA) fijó la alerta máxima, que en Lisboa, Setúbal, Beja, Braga, Bragança, Castelo Branco, Évora, Guarda, Portalegre, Santarém y Vila Real.

El nivel rojo se mantendrá en principio hasta el sábado, si bien los técnicos del IPMA no descartaron ampliarlo hasta el próximo martes, ya que se espera que el termómetro continúe por encima de los 40 grados hasta ese día.

En su previsión, el IPMA subrayó que en esos once distritos se podrán alcanzar "máximos absolutos", de hasta 45 grados de máxima y 30 de mínima.

El único punto que eludirá estas temperaturas será la sureña región del Algarve, donde el termómetro se situará entre los 30 y los 35 grados.

Las altas temperaturas, junto a los vientos que se espera soplen esta semana, han llevado también a elevar en las últimas horas la alerta por riesgo de incendios, que permanece naranja en el interior rural y amarilla en el litoral de Portugal continental.

Como medida de precaución, se han desplegado en las consideradas "zonas críticas" del interior del país equipos de bomberos y vehículos listos para actuar rápidamente en caso de fuego.

En 2017 más de un centenar de personas murieron en Portugal a causa de varios incendios forestales entre junio y octubre.