Nada hacía sospechar que aquel religioso, con su reluciente hábito blanco, que en una destartalada caravana recorría los países que estaban sometidos al yugo comunista, se iba a convertir en profeta de la libertad religiosa. El legado del Padre Werenfried van Straaten supone uno de los más preciados tesoros con los que cuenta hoy la Iglesia, porque “donde Dios llora en la tierra” allí esta Ayuda a la Iglesia Necesitada. Esta Fundación Pontificia se ha convertido en una voz elocuente de la presencia de la Iglesia en cualquiera de los lugares en que los cristianos sufren persecución o ven restringida su libertad. Ayuda a la Iglesia Necesitada cumple cincuenta años en España. Medio siglo en el que ha sabido ganarse la confianza de los católicos españoles y de hombres y mujeres de buena voluntad, que no olvidan la dimensión universal de la Iglesia y que quieren acompañar a los cristianos perseguidos con sus oraciones y su contribución económica. Esta Fundación Pontificia ha sabido hacerse un hueco en la agenda de las expresiones de más sensible generosidad de los españoles. Su acreditado trabajo y la gestión rigurosa de lo recaudado en las diversas campañas en beneficio de los cristianos perseguidos, han conseguido que Ayuda a la Iglesia necesitada sea también buena noticia, Evangelio. Felicidades.