A finales de los 90, hubo una noticia que acaparó las portadas de todos los periódicos: el caso Lewinsky. Mónica Lewinsky, con apenas 22 años contó Linda Tripp, una funcionaria de la administración, su gran secreto: mantenía una aventura con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

Linda Tripp decidió grabarla en secreto y según explicaría más tarde, fue testigo de algunas de las llamadas íntimas entre Mónica Lewinsky y Bill Clinton sin que el presidente lo supiera.

¿HABÍA UNA MANO NEGRA TRAS EL CASO LEWINSKY?

Agustin Remesal ha sido corresponsal de TVE en Estados Unidos durante los años del escándalo Lewinsky y es el guionista del reportaje “Lewinsky, punto final”. El periodista ha desvelado en “La Noche de Adolfo Arjona” que Linda grabó a Mónica con un teléfono y un magnetófono.

Además, no descarta que una mano negra asesorara a Linda Tripp para destapar el caso Lewinsky, aunque nunca se ha podido confirmar.

¿Quién desveló el caso Lewinsky?
¿Por qué Fernando Alonso o Emilio Botín aparecieron en una lista de cuentas opacas?
¿Qué hay detrás de 'WikiLeaks'?

Segunda entrega de 'chivatos' en Grandes Especiales de @LaNochedeCOPE con @ArjonaAdolfo

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Linda Tripp recopiló más de 20 horas de conversaciones en las que Lewinsky le contaba todos los detalles de su relación con Bill Clinton. Entregó las cintas a la fiscalía y el presidente fue acusado de perjurio.

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Precisamente, según ha contado Remesal, fue Linda quien convenció a Mónica para que no lavara el vestido con la mancha de semen que más tarde acusaría a Bill Clinton de haber mantenido relaciones con la joven. Este fue el motivo por el que Mónica no lavó la polémica prenda.

Estas pruebas sometieron al presidente a un proceso de destitución en 1998. Bill Clinton se enfrentó a un juicio político ante el Senado por obstrucción a la justicia. En 1999, Clinton fue absuelto.

ASSANGE, WIKILEAKS Y LA REVOLUCIÓN DEL PERIODISMO

El día que Julian Assange se atrevió a echarle un pulso al país más poderoso del mundo se convirtió en uno de los grandes chivatos de la historia. El periodista australiano creó un sistema para que nadie conociera las fuentes de las filtraciones.

Julian Assange fundó Wikileaks en 2006. Su objetivo: divulgar a través de esta plataforma las injusticias de "regímenes represores” manteniendo el anonimato de las fuentes.

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En 2010, WikiLeaksdesvelaba una impactante información: Estados Unidos había permitido las vejaciones, torturas y asesinatos a civiles durante las guerras de Irak y Afganistán.

También salieron a la luz secretos del Pentágono que reflejaban abusos y torturas a presos de la cárcel de Guantánamo. Y así hasta un total de medio millón de informes secretos de las guerras de Irak y Afganistán.

Por desvelar informaciones de este tipo, Estados Unidos le pide 175 años de prisión y se le imputan 18 cargos. Según ha contado a Adolfo Arjonauno de sus abogados en España, estos cargos se le aplican según la ley de espionaje, que data de la I Guerra Mundial.

Aitor Martínez ha recordado cómo Assange tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres porque Suecia no le ofrecía garantías de que no fuera a ser de nuevo reextraditado a Estados Unidos. Y recuerda que Assange permaneció siete años sin acceso a luz solar o al aire fresco, algo que "le llegó a perjudicar psicológicamente".

En estos momentos investigan si la CIA espió a Julian Assange a través de una empresa española durante los años que estuvo en la Embajada.

FALCCIANI, LA LISTA QUE SEÑALABA A POLÍTICOS Y ARISTÓCRATAS

Otro de los grandes chivatos de la historia es Hervé Falcciani. En el año 2008, el periódico “Le Monde” hace pública la lista Falcciani, una relación de 106.000 nombres con cuentas opacas en la rama suiza del banco HSBC. Las cuentas procedían de más de 200 países y sumaban casi 80.000 millones de euros.

En la lista aparecían traficantes de diamantes, artistas, políticos, deportistas, abogados, directores de compañías o banqueros. El ingeniero de sistemas del banco HSBC, Hervé Falcciani, las sacó a la luz.

Según las investigaciones, habría intentado vender los datos en Beirut, pero no lo consiguió. Más tarde, quiso vender la información por 3 millones de euros a los servicios secretos alemanes.

Entre los nombres de esta lista que habrían evadido impuestos durante años estaban el rey Mohammed VI, el diseñador Valentino, el músico Phil Collins, David Bowie o el piloto de motos Valentino Rossi.

Falcciani fue acusado de robo de datos y tuvo que abandonar Ginebra. Según ha contado el periodista Juan Luis Galiacho a Adolfo Arjona, cuando la lista llegó a España en 2010, era un momento muy delicado económicamente:

"El ejecutivo de Rodríguez Zapatero necesitaba dinero y en esos datos había miles de nombres que salpicaban a España. Se recaudaron 260 millones de euros a cambio de impunidad. Nombres muy importantes relacionados con el poder político permanecieron ocultos."

En dos ocasiones, España rechazó la solicitud de extradición a Suiza. Tras la publicación de la lista Falcciani, el ingeniero ha colaborado con la fiscalía española anticorrupción.

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