UCAM Murcia CF presentaba oficialmente su nuevo proyecto en La Condomina ante poco más de 1000 espectadores enfrentándose al Linense en el arranque de la temporada. En la primera alineación de la temporada Pedro Munitis se ha visto obligado a incluir en el once inicial a los canteranos Rodri, Luis Castillo y Mounir, los dos últimos ya debutaron en Copa Federación. La falta de efectivos ha motivado que tuviera que disponer este equipo.El fuerte calor ha marcado el comienzo de temporada y eso se ha notado sobre el terreno de juego ante la falta de chispa en momentos del partido.

En la primera mitad ambos conjuntos han guardado bien sus porterías aunque han podido adelantarse en el marcador. La primera opción la tuvieron los visitantes con un disparo de Sana que estuvo cerca de sorprender a Germán. En los minutos 10 y 20 del primer acto Manu Onwu ha podido adelantar a los universitarios pero en la primera opción, una vez superado el portero, lanzó el balón fuera, y en la segunda, tras combinación entre Javi Rey e Isi Ros su disparo se fue al poste derecho y estuvo muy cerca de entrar en la portería visitante. Desde ahí, con parón para refrescarse incluido, apenas ha ocurrido nada sobre el terreno de juego hasta llegar al descanso con el marcador inicial.

La segunda mitad  tenía tintes similares a los del primer acto, con un UCAM Murcia CF que tenía el balón buscando la portería andaluza y los visitantes intentado sorprender al contragolpe aunque la defensa local se mostraba segura. Con el paso de los minutos el cansancio se fue acentuando en ambos conjuntos y Munitis intentó dar otro aire al equipo con la entrada de Titi por Onwu y Kilian Grant por Rodri. El cántabro dispuso un equipo más ofensivo buscando que los hombres de refresco fueran capaces de dar más chispa a su equipo.

El paso de los minutos hizo más daño a un UCAM Murcia que se mostraba incapaz de llegar a la portería visitante y el Linense buscaba un poco más el ataque y como consecuencia de esto llegó la acción del gol con un disparo de David Moreno que se fue al travesaño y el rebote golpeó en Germán para introducir el balón en las redes universitarias. Desde ese momento el juego de los murcianos fue la desesperada con más corazón que cabeza y sin ideas.