Las empresas familiares de la Región de Murcia han mejorado sus resultados en el año 2019 pero advierten un cambio de tendencia y prevén que en 2020 se produzca una "desaceleración sincronizada" de las economías española y murciana por la incertidumbre nacional e internacional a nivel político y comercial. No obstante, creen que este escenario no llegará a adquirir las proporciones de crisis.

Así lo refleja el barómetro que elaboran la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum Universidad de Murcia-Universidad Politécnica de Cartagena, con la colaboración de Bankia, y la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (AMEFMUR) y que mide la actividad de un colectivo que representa más del 92 por ciento del tejido empresarial.

En concreto, el barómetro refleja que ha habido una tendencia negativa en la evolución de las economías española, murciana y del sector, siendo más acusada a nivel nacional. Las perspectivas son a empeorar, con caídas de 33 puntos porcentuales para la economía española y de 31 puntos para la Región de Murcia.

Los empresarios achacan este pesimismo a que empiezan a notar las consecuencias de la incertidumbre económica y política. En concreto, se muestran preocupados por el incremento de las barreras arancelarias, los conflictos geopolíticos internacionales y la incertidumbre política nacional, lo que lleva a las empresas familiares a prever que la situación económica empeorará el próximo año, a pesar de que todas las variables de actividad se mantienen en este 2019 en saldos positivos.

Así, el 53 por ciento de las empresas mejoró su facturación; el 37 por ciento incrementó su plantilla; el 35,5 por ciento subió sus inversiones; el precio de venta mejoró para el 23,1 por ciento; y las exportaciones crecieron para el 17,2 por ciento.

En este sentido, la evolución de la cifra de negocios (la diferencia entre respuestas positivas y negativas) mejoró un 11,2 por ciento respecto al año anterior y la previsión es que crezca un 0,9 por ciento en 2020; mientras que la evolución del número de trabajadores bajó un 3,8 por ciento respecto a 2018 y se espera un crecimiento del 1,8 por ciento en 2020.

La evolución de las inversiones realizadas, por su parte, bajó un 15,2 por ciento en 2019 con respecto al año anterior y se espera que crezca un 0,9 por ciento en 2020; mientras que la evolución de las exportaciones bajó un 6,4 por ciento y se espera que aumente un 10 por ciento.

Todos estos datos se reflejan en el Índice de Confianza, que se sitúa en 12,9 tras empeorar 9 puntos, lo que supone una pérdida de confianza, aunque se mantiene en valores positivos desde 2014. Este descenso se reflejó, principalmente, en una desaceleración en las inversiones realizadas (aunque ambos indicadores siguen en cifras positivas).

Estos datos han sido divulgados por los rectores de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena, José Luján y Alejandro Díaz; el presidente de AMEFMUR, José María Tortosa; el director corporativo de Negocio de Empresas de la Comunidad Valenciana y Murcia de Bankia, Carlos Aguilera; la directora general de Innovación Empresarial y Defensa del Autónomo y la Pyme, María José Ros; el coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum, y Ángel Meroño.

"Volvemos a los niveles de 2013 en cuanto a la opinión de la economía y su evolución", según Meroño, quien remarca positivamente que, por segunda vez consecutiva, las empresas piensan que han mejorado en cuanto a ventas, inversión o empleo, lo que refleja que las compañías familiares están tratando de explotar la dinámica positiva del pasado.

Los datos se establecen en base a una encuesta de coyuntura económica a la que contestan 124 empresas familiares, y que se efectuó el pasado mes de octubre, unos días antes de las elecciones generales, lo que pudo tener "cierta influencia", tal y como ha señalado Meroño.

Preocupaciones de los empresarios

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En cuanto a las preocupaciones de los empresarios, la presión competitiva (52%) se mantiene como principal preocupación, mientras que la debilidad de la demanda (49%), que era la principal preocupación durante los años de crisis, continúa como segundo factor de dificultad, con un importante aumento, seguido de los aspectos legales (38%).

Con un incremento de 4 puntos, en cuarto lugar, se sitúa como novedad la escasez de personal cualificado (35%) y, por último, figuran los problemas de financiación (11%) y problemas de capacidad (11%) que disminuyen en 3 puntos.

De esta forma, la principal barrera de las empresas familiares es la presión competitiva, a la que tratan de dar respuesta con políticas de calidad, eficiencia, diversificación y ventas.

En cuanto a la escasez de personal cualificado, los rectores de la UPCT y de la UMU han mostrado su preocupación la respecto y han reconocido el papel que las instituciones docentes de educación superior deben jugar para resolver este problema. Para ello, han apostado por mantener un contacto fluido con el mundo empresarial con el fin de detectar sus necesidades e implementar nuevas titulaciones que satisfagan esa demanda.

Aumentan las mujeres en puestos de responsabilidad

En cuanto al perfil de la empresa familiar, cabe destacar que el 76 por ciento de los gerentes son hombres y el 24 por ciento mujeres. No obstante, Meroño ha destacado que las mujeres han avanzado en los puestos de responsabilidad y su número casi se ha duplicado con respecto a hace unos años. Y es que en 2016 las mujeres apenas representaban el 16 por ciento del total de directivos.

En concreto, la presencia de las mujeres gerentes se concentra en el sector Servicios (34 por ciento del total), mientras que su proporción baja en la Construcción y en la Industria. Además, suelen ocupar puestos directivos en microempresas, donde representan un tercio del total, así como en las grandes empresas (que representan solo un 7 por ciento del tejido económico) y donde las mujeres copan el 38 por ciento de los puestos de gerente.

En definitiva, el perfil de la mujer gerente se centra en microempresas de primera generación y del sector Servicios, fundamentalmente.

Por otro lado, Meroño ha señalado que el 97 por ciento de las empresas pertenece a la familia y en un 42 por ciento de los casos sigue el fundador al frente de las mismas.

Sistemas de gobierno familiar

Preguntadas sobre los sistemas de gobierno, el 18 por ciento de las compañías se plantea transmitir la empresa a la siguiente generación, cifra que crece 5 puntos respecto al año pasado. La intención de vender la empresa desciende 3 puntos hasta el 7 por ciento, siendo más importante en empresas a partir de la tercera generación (14 por ciento). Por último, la opción de cerrar sube 2 puntos hasta el 3 por ciento y, en el caso de las empresas en primera generación, sube hasta el 9 por ciento.

La incorporación de externos a la dirección y/o propiedad baja 6 puntos hasta el 9 por ciento y se produce exclusivamente en empresas a partir de la segunda generación.

Las empresas familiares participantes en el barómetro identifican la unión y el compromiso como los pilares de la orientación de la compañía a largo plazo. La unión se traduce en la adopción de planes de sucesión con familiares, mientras que el compromiso se centra más en la vertiente empresarial, a través del desarrollo de planes estratégicos y contar con consejos de administración que aseguren la continuidad de la empresa.