Durante más de seis horas se han prolongado las maniobras para botar el nuevo S-81 en la dársena de Navantia de Cartagena, en un operativo sin precedentes en el que ha participado un ámplio despliegue de personal cualificado tanto de la compañía como de la Armada.

Tras acoplar el sumergible, los trabajos han consistido en inundar el dique flotante y su posterior traslado al muelle de armamento donde se realizarán durante varios meses las pruebas de puerto.

Este viernes, el dique se ha movido hasta la fosa, el lugar de la dársena con el calado necesario para inundarlo. Allí se ha sumergido mediante la inundación de sus lastres, comenzando el submarino a tocar el agua y, poco a poco, a flotar por sí mismo, mientras personal de Navantia y de la dotación ha realizado distintas comprobaciones de seguridad en el interior del buque.

Después, con la ayuda de los prácticos, los remolcadores y empujadoras han sacado el submarino del interior del dique y lo han trasladado hasta el muelle de armamento. El submarino carece de propulsión operativa hasta que se hayan realizado las pruebas de puerto sobre amarras.

“La puesta a flote es un hito de seguridad en la construcción del submarino y es también un gran acontecimiento para Navantia y sus profesionales y para todos los involucrados en este gran proyecto”, ha dicho el presidente de la compañía, Ricardo Domínguez. “Todos juntos, la Armada, el Ministerio de Defensa, Navantia y su industria colaboradora damos un salto cualitativo en nuestras capacidades estratégicas y nuestra proyección en el mercado internacional”, ha añadido.

Junto a la dirección de Navantia y del astillero de Cartagena, han asistido a la maniobra la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro y personal de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM); además de responsables de la Armada, encabezados por el Almirante Jefe de Apoyo Logístico (AJAL), Almirante Aniceto Rosique Nieto y el Almirante del Arsenal de Cartagena (ALARCART), Vicealmirante Pedro Luis de la Puente García-Ganges; así como la presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Belén Gualda.

Está previsto que la primera navegación en alta mar se realice en enero de 2022 y su entrega a la Armada al año siguiente.

La botadura del submarino se ha convertido en un hito para la construcción naval y la defensa en España y cientos de personas han seguido desde el antiguo club de regatas y la zona de la cola de ballena toda la maniobra para inundar el dique y botar el submarino.